16 June, 2012 20:56

 

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REVISTA CRECIMIENTO INTERIOR N° 43

Año 5, mes de Mayo de 1998

Revista Crecimiento Interior Nº 43, Año 5, Mayo de 1998

 

Haciendo un clic sobre cada título, podrás leer el artículo de manera completa

FOCALIZANDO LA MENTE

"Somos lo que pensamos". Esta frase la habrá leído o escuchado el lector en más de una oportunidad. Pero cómo se logra cambiar el pensamiento, no es algo tan simple para la mayoría de los habitantes de este globo durante el tránsito por esta vida...

CONSEJOS PARA EL BUEN VIVIR IV

Hoy continuando la serie de artículos para "el buen vivir", vamos a considerar algunos consejos para "el fin de semana". Hemos trabajado durante la semana y ahora llega el premio del fin de semana, este es el espacio que hemos creado y en el cual pensamos disfrutar plenamente de la vida...

LAS FLORES DE BACH: Red Chestnut

Esta hermosa flor rojo rosado que cubre las ramas del castaño, es una de las cinco esencias del grupo para quienes tienen Miedos. Fue una de las últimas flores que descubrió el Dr. Bach, durante la primavera de 1935 en Sotwell, donde trabajó incansablemente al final de su vida...

¿QUE ES LA GEMOTERAPIA?

Los antiguos Aztecas utilizaban el jade y la obsidiana como piedras rituales, pulían la obsidiana para realizar espejos negros en los cuales se podía ver el futuro. El uso de los cristales marcó muchas otras culturas, en cada una de ellas los cristales y gemas daban prestigio para conocer el futuro...

EL MALABARISTA

La música aumentó de volumen y el malabarista entro a la arena del circo. Los reflectores concentraron su haz de luz sobre él, que lentamente se sacó su capa roja y con un ademán perfeccionado durante años enfrentó al público que lo ovacionó. Edmundo necesitaba del éxito y del aplauso. Esperó a que cesara el fervor y luego, despacio se dirigió a la larga mesa que estaba en el centro de la pista...

 

Escritos sobre Energías y Misterios


FOCALIZANDO LA MENTE

"Somos lo que pensamos". Esta frase la habrá leído o escuchado el lector en más de una oportunidad. Pero cómo se logra cambiar el pensamiento, no es algo tan simple para la mayoría de los habitantes de este globo durante el tránsito por esta vida.
La mayoría de las veces, centramos nuestra mente en preocupaciones por temas del futuro, temas o personas indeseados, miedos, inseguridades, situaciones del pasado que no podemos cambiar... en fin, un sinnúmero de pensamientos que no nos llevan a ningún lado. En realidad sí, nos llevan a donde no queremos ir.
Para graficar esto pensemos en dos recipientes vacíos uno junto al otro: uno es aquello que no deseamos y quisiéramos evitar en nuestra vida, el otro, nuestros anhelos y esperanzas, los objetivos de vida que queremos alcanzar. Supongamos que en las manos estamos sosteniendo una cantidad determinada de energía (que no es más ni menos que la energía mental) como si fuera medible, en kilogramos por ejemplo. Si tuviésemos 500 grs. de energía para verter en uno de los recipientes, cuando esta energía mental es usada en pensar en aquello que tememos, lo que estamos haciendo es colocar gramo por gramo, pequeñas cantidades de fuerza en el recipiente de lo que no deseamos. Como consecuencia, al final del día habremos logrado colocar la totalidad de los 500 grs. en dicho recipiente, el cual se verá completamente lleno mientras que el de nuestros objetivos positivos ha quedado totalmente vacío. Cuando vemos a un niño equivocarse al aprender algo, le indicamos el modo correcto de corregir su error haciéndole ver donde tiene que colocar los objetos, cómo debe hacerlo, de qué modo. En cierto modo me atrevo a afirmar que la mayoría de nosotros procedemos como niños pequeños equivocándonos en nuestro proceso de aprendizaje. Porque estamos llenando el recipiente errado y como conclusión habremos conseguido justamente aquello que pretendíamos evitar. Lógicamente! Pues lo único que hicimos fue pensar en ello. Llenar ese recipiente con lo indeseado mientras olvidábamos recargar aquello que nos parece importante. El recipiente en cuestión ha quedado vacío.
El cambio consiste en enfocar nuestra mente en lo que buscamos, y así podremos ver con alegría que el primer recipiente, el de lo negativo, queda vacío. Que ni un gramo ha pasado a él. Que la totalidad pertenece a nuestro proyecto de felicidad para nosotros y nuestro entorno. Así de simple, y así de complejo, Pero ¿no vale la pena hacer el intento?.

Autores:Staff de la Revista Crecimiento Interior

Revista Crecimiento Interior Nº 43, Año 5, Mayo de 1998

 

Escritos sobre Limpieza y cuidado de nuestras Energías

CONSEJOS PARA EL BUEN VIVIR IV

Hoy continuando la serie de artículos para "el buen vivir", vamos a considerar algunos consejos para "el fin de semana". Hemos trabajado durante la semana y ahora llega el premio del fin de semana, este es el espacio que hemos creado y en el cual pensamos disfrutar plenamente de la vida. Es el periodo para recuperar energías y conectarnos con otras áreas de nuestra vida que necesitan cuidados y atención para crecer correctamente.

La propuesta es probar a utilizar algunos de los siguientes consejos para mejorar la calidad de su fin de semana.
1. Salir de la ciudad para limpiar el plexo solar. La energía de la ciudad nos va ensuciando. Nuestro campo energético va perdiendo la pureza y la luminosidad que debería caracterizarlo. En especial nuestro plexo solar se ensucia bloqueando la relación adecuada con el medio circundante. Al salir de la ciudad los efectos benéficos del campo se hace sentir casi de inmediato. Como consecuencia del sol y del aire puro y de las energías existentes fuera de las ciudades se limpiara nuestro plexo solar.
2. No lleve trabajo a casa. No se engañe llevando un portafolios lleno de aquellas tareas que no pudo hacer durante la semana. Puede suceder dos cosas: la primera es que realmente haga el trabajo y entonces no habrá disfrutado plenamente del fin de semana, y la otra, es que no abra el portafolios, en ese caso la imagen del portafolios lo perseguirá en sus pensamientos hasta que el lunes lo vuelva a llevar tan lleno como lo trajo. Recuerde que los papeles, el maletín, etc., están impregnados de energía del trabajo. Si Ud. los deja por ejemplo en la habitación donde duerme no se extrañe que sueña que trabaja.
3. Si Ud. lee los diarios los fines de semana, concentre su atención en disfrutar del suplemento de "turismo" y viajar con la imaginación a algún lado, o quizás del suplemento literario. Evite leer las noticias y en especial los suplementos económicos. Su mente genera energía en función a lo que se esta leyendo: no impregne se fin de semana con una energía que no favorece el disfrutar del descanso merecido.
4. Busque programas o actividades muy placenteras a partir del domingo a las 17 hs. si no lo hace es muy probable que su mente comience a conectarse con las actividades que tiene que realizar el día lunes, y si esto sucede quizás haya terminado para Ud. el fin de semana y empiece a anticiparse a las actividades del lunes y a pre-ocuparse.
5. Busque de hacer actividades distintas a las de la semana, corte con la rutina. Si esta muchas horas sentado durante la semana, intente caminar. Si durante la semana hace vida intelectual busque alguna actividad física y no se anote en un torneo de ajedrez. La idea es mover áreas de nuestra vida distintas a las que habitualmente desarrollamos en la semana, de este modo nos completamos mejor como seres humanos.
6. Hay actividades que ayudan al crecimiento espiritual. Si no pudimos hacerlas durante la semana, este es buen momento para probar con algunas de ellas. Asistir a espectáculos para el alma: ir al teatro, opera, conciertos, etc., ver la belleza de las obras de arte. Aléjese de lo sucio, feo, gris, etc.
7. Si Ud. nota que durante el fin de semana los pensamientos de preocupación que lo persiguieron durante la semana , vuelven a aparecer, es probablemente debido a que se ha creado una fuerte carga de pensamientos de ese tipo en su casa y/o lugar de trabajo, y Ud. ha quedado conectado a ellos. En estos casos es muy positivo irse el fin de semana a otra ciudad. Esto produce "mágicamente" cambios en sus pensamientos: se olvidara de los problemas de la semana, se conectara mas fácilmente con el presente y disfrutara en mayor grado. Si no puede salir de la ciudad, salga de su casa y disfrute otros lugares, de todos modos es aconsejable hacer algún tipo de limpieza energética de la casa con carbones e inciensos.
8. Aunque obviamente es bueno resaltar el cuidado y desarrollo del cuerpo físico a través de alguna actividad que nos agrade: hacer algún deporte, andar en bicicleta, Yoga, Tai Chi, etc.
9. En general busque de realizar actividades que lo hagan feliz, que lo conecten con la diversión o risa. Podrá ser desde bailar hasta ver una buena película.
10. Conectarse con la naturaleza ya sea caminando descalzo por el pasto o la tierra, abrazar un árbol, caminar por un bosque, percibir el aroma de una flor, etc.
11. Buscar de ser uno mismo haciendo algo especial. Esto será obviamente distinto para cada uno de nosotros de acuerdo a nuestra propia naturaleza. A modo de idea podría ser: aprender a tocar un instrumento musical, o pintar, o hacer un curso de fotografía.
12. Pruebe a escuchar música con el cuerpo, no solo con los oídos. Sienta la música que a través de los parlantes acaricia su cuerpo. Si le gusta pruebe con música de Beethoven, es muy buena para armonizar los centros de energía.
13. Y en especial busque de compartir estas actividades con los seres queridos, amigos, etc.

Busque de aplicar estos consejos respetando la idea básica de que cada uno tiene un ritmo propio respecto a como vivir la vida, y este ritmo muchas veces lo perderemos durante la semana "tratando" de cumplir con todas nuestras obligaciones. El fin de semana es el tiempo de reencontrarnos , de redescubrirnos, de "alinear nuestro cuerpo", de ser nosotros mismos. Suerte.


Revista Crecimiento Interior Nº 43, Año 5, Mayo de 1998

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon

 



 

Escritos sobre Terapias Florales


Las Flores de Bach
Red Chestnut

(Castaño Rojo)

Esta hermosa flor rojo rosado que cubre las ramas del castaño, es una de las cinco esencias del grupo para quienes tienen Miedos. Fue una de las últimas flores que descubrió el Dr. Bach, durante la primavera de 1935 en Sotwell, donde trabajó incansablemente al final de su vida.
Red Chestnut es la flor para aquellas personas que viven preocupándose por lo que pueda sucederle a quienes aman. El pensamiento de este tipo de individuos es muy exagerado y crea confusión en su mente pues se dispersa con facilidad imaginando las peores fatalidades que pueden ocurrirle a sus seres queridos, sin comprender que esto mismo les impide lograr su objetivo, que es precisamente, cuidar de otros, pues sin quererlo, atraen ese tipo de energías sobre sus allegados.
La característica de estas personalidades, es que ponen toda su energía mental en los demás, cargándola en exceso de miedos y produciendo una repetición de ideas negativas. Por esta razón, su rostro esta casi siempre marcado por la angustia o las preocupaciones que traen sus miedos. Su mirada suele estar dispersa y su ojos no tienen paz, como tampoco la tiene su corazón, que puede agitarse con facilidad. La tensión que produce este tipo de pensamientos trae aparejado en ocasiones, fuertes dolores de cabeza y al mismo tiempo, (siendo que el plexo solar regula la entrada de estímulos exteriores que afectan las emociones), es habitualmente el punto débil de estas personas.
Un ejemplo de el estado negativo de Red Chestnut son los padres que, cuando los hijos salen de noche, no pueden dormir mientras no escuchan la puerta que se cierra indicando que están de regreso, imaginando las peores fatalidades que pueden ocurrirles.
En una ocasión atendí a una mamá que había enviado a su hijo de 9 años a comprar algo al almacén del barrio, ubicada a dos cuadras de su casa. En el camino de regreso a casa, el chico se detuvo unos minutos a mirar a un grupo de vecinos que jugaban a la pelota en la calle. Fue suficiente para que la madre, que lo esperaba, comenzara a hilar una serie de pensamientos trágicos que la angustiaban: tal vez lo hubiesen secuestrado, o podía haber tenido un accidente. Pensó en qué hacer y ya estaba dispuesta a salir a buscarlo con desesperación, cuando lo vio llegar tranquilamente con su encargo en la mano. En el corazón de esa madre, se había instalado la confusión y el pánico de perder a su hijo. Y según sus propias palabras, volvió a respirar al verlo. Obviamente la respuesta mental fue exagerada, pero así se comporta el tipo Red Chestnut: confunde el amor con sobreprotección y se ata a quienes lo rodean.
Generalmente se crea un lazo simbiótico difícil de cortar, que lleva a la persona a olvidarse de sí misma, a descuidarse, pues dispersa su energía afligiéndose excesivamente por los demás. Pero además a este tipo de personas les cuesta manifestar lo que sienten, y alimentan sus miedos dentro de su corazón, rompiendo su armonía interna e impidiendo que el amor verdadero crezca en su interior. En realidad, no hacen más que proyectar sus propios miedos en los demás, y por eso los sobredimensionan tanto.
El estado transformado de esta flor permite aprender a aceptar y comprender a los demás, sin poner tanta ansiedad y dejando que las cosas fluyan más naturalmente, para que cada uno pueda hacer su propio crecimiento, en libertad, sin ataduras.
Red Chestnut trae paz al corazón angustiado, mostrándole que cada uno de los habitantes de la tierra está protegido por una Luz divina y que las personas no se vuelven vulnerables por el simple hecho de que no se piense tanto en protegerlas.
Pero por sobre todas las cosas, esta flor nos enseña a cuidarnos a nosotros mismos, a tenernos en cuenta, a descubrir el sentido de brindar un amor incondicional. A cortar los lazos simbióticos que nos unen a otros de modo enfermizo, haciéndonos comprender que el otro no nos pertenece ni es parte de nuestro cuerpo, sino que es un ser único, individual, destinado a seguir su propio camino de aprendizaje. Esta flor abre el camino guiándonos hacia la compasión, irradiando calor pero sin envolver al otro. Y por eso es muy indicada también para quienes trabajan con otras personas desde la docencia, la salud y también las terapias alternativas.
La conexión con el Yo interior que desarrolla esta floral, da consciencia de la Protección, trayendo la paz de una mente despreocupada, así como la compasión y la simpatía que acompañan a la comprensión de quien sabe qué representa la otra persona en su vida. De este modo se establece una relación de amor auténtico, desinteresado, que beneficia a ambas partes. La persona Red Chestnut en estado positivo aprende a cuidar de sí y proteger a los demás en forma natural, sin angustias ni temores, y a vivir sus relaciones con armonía.

Autores: Staff de la Revista Crecimiento Interior.

Revista Crecimiento Interior Nº 43, Año 5, Mayo de 1998

 

Escritos sobre Gemoterapia


¿QUE ES LA GEMOTERAPIA?

Si comenzamos hablar de gemas y cristales, es sumergirnos en niveles de conciencia que nos unen con otras esferas de inteligencia.
Para el común de las personas una gema o un cristal es solamente una piedra o algo bonito para exhibir como adorno para realzar su belleza. Pero qué distantes están de saber la real naturaleza de una gema o cristal, como ser energético y fuente de luz cósmica.
Sabemos que todas las civilizaciones, desde los orígenes, buscaron en las entrañas de nuestra madre tierra, cristales de inusitado brillo o gemas que eran utilizadas para rituales de sanación y como símbolo del poder de Dios en la tierra.
Los antiguos Aztecas utilizaban el jade y la obsidiana como piedras rituales, pulían la obsidiana para realizar espejos negros en los cuales se podía ver el futuro. El uso de los cristales marcó muchas otras culturas, en cada una de ellas los cristales y gemas daban prestigio para conocer el futuro.
Hoy en día son utilizadas en diferentes religiones simbolizando distintas energías o estados espirituales, como los obispos que utilizan la amatista, simbolizando la transmutación y elevación del espíritu a niveles superiores de consciencia,el rubí como símbolo del ministerio de Dios en la tierra, el topacio, cáliz de la sabiduría y receptro de energías que aperturan el chakra de la corona. Mucho podemos hablar sobre simbolismos, pero mi deseo es mostrarles el camino de apertura espiritual, que por medio de la gemoterapia podemos llegar a vivenciar.
En la actualidad es posible conocer con mayor certeza la acción de las gemas sobre el cuerpo y se están realizando toda clase de estudios sobre este tema.
Un reloj de cuarzo funciona con una pila, la cual bajo su recubrimiento metálico posee un pequeño cristal de cuarzo que mediante la compresión emite energía suficiente para hacer que el reloj funcione.
Tan poderosa es su energía que los terapeutas de muchas disciplinas se están acercando cada vez más a la gemoterapia. Los efectos sanadores de estas piedras actúan sobre el cuerpo humano magnificando la energía de los pequeños cristales que componen nuestro cuerpo, normalizando su función.
En términos científicos, las gemas y cristales magnetizan a sus pares dentro del organismo, lo que produce una sensación de relajación y vitalidad.
Los cristales poseen una vibración acorde a la de la tierra, por lo cual la sensación de relajación puede ser atribuida a una conexión vibratoria con ella.
En los libros sagrados de la India, como el ayurveda (veda de la vida), los cristales están presentes como seres vivos; en cada uno de ellos habita un deva, comandado por un espíritu de la naturaleza. Estos devas son los encargados de la formación de la gemas o cristales, son los que canalizan las energías cósmicas y geomagnéticas a través de ellas, y en la práctica de la meditación hacemos contactos con estos seres dévicos para poder programar en diferentes funciones sanadoras y armonizadoras de estas gemas y cristales.
Desde un punto de vista espiritual y esotérico estamos comunicándonos con el mundo dévico, conectándonos con seres de diferente evolución, que en sus estratos inferiores se manifiestan como devas de la naturaleza, llegando a su estado superior manifiesto como ángeles. Entre los cristales tenemos un verdadero regalo del reino angélico: LOS CELESTIALES, que encierran energías cósmicas que abren los chakras superiores permitiendo conectarnos con la sabiduría divina a través de los ángeles, seres ascendidos y maestros cósmicos.
Como verán, la gemoterapia es un tema muy amplio donde se trabaja en varios niveles: FÍSICO-MENTAL-ESPIRITUAL, exaltando así las energías lumínicas que fluyen en nosotros.

Autor: Lashigel.

Revista Crecimiento Interior Nº 43, Año 5, Mayo de 1998

 

Cuentos

EL MALABARISTA

La música aumentó de volumen y el malabarista entro a la arena del circo. Los reflectores concentraron su haz de luz sobre él, que lentamente se sacó su capa roja y con un ademán perfeccionado durante años enfrentó al público que lo ovacionó. Edmundo necesitaba del éxito y del aplauso. Esperó a que cesara el fervor y luego, despacio se dirigió a la larga mesa que estaba en el centro de la pista. Tomó un platito blanco de la pila que tenía en el costado izquierdo de la mesa, y lo acarició. Recorrió con sus dedos los delicados filetes de oro que realzaban la belleza del platito, mientras un melodioso sonido surgía de ese roce. A continuación miró a los restantes. Ese conjunto de cincuenta platitos lo acompañaba desde la primera vez que actuó en público y nunca se le había roto ninguno. Esos platitos, eran únicos y especiales y representaban su éxito. Edmundo volvió de sus pensamientos cuando la música de la orquesta aumentó de volumen. Sonrió, concentró su vista en el platito que tenía en su mano y con gracia y un ágil y casi imperceptible movimiento de su mano derecha lo hizo girar sobre la mesa. Había puesto en marcha su primer platito. El público lo miraba sin decir nada. Luego tomó el segundo platito y también lo puso a girar como un trompo, luego con un suave movimiento le aplicó energía al primer platito que comenzaba a dudar en su giro, y así siguió parando y haciendo girar cada vez más platitos, hasta que el público, al ver que el décimo platito, que giraba sobre la mesa, comenzó a aplaudir. Edmundo se distendió, y se sonrió mientras pensaba:
- Ahora sí comienzan a valorar lo que hago.
No cualquiera era capaz de tener girando al mismo tiempo 10 platitos sobre la mesa sin que ninguno se cayese, y así Edmundo siguió buscando su límite, quería más aplausos. Al rato tenía girando sobre la mesa más de 20 platitos, que formaban una larga fila de más de dos metros. Todos esos platitos dependían exclusivamente de su esfuerzo para "seguir en pie". Para lograr este número circense, Edmundo iba aplicando un poco de energía a cada platito hasta llegar al último, luego paraba un platito más y luego tenía que volver corriendo al otro extremo para primero agarrar un nuevo plato y volver a darle energía a todos. De este modo siguió incorporando plato tras plato y sintiendo como al mismo tiempo los aplausos aumentaban cada vez más.
Fue al parar el platito número 28 que escuchó a un señor que sentado en la segunda fila le explicaba a su hijo:
- Hijo, según los estudios realizados está demostrado que, para un hombre de contextura media, es perfectamente factible hacer, con un poco de práctica, este juego de malabares consistente en parar hasta 45 platitos, y que las capacidades innatas del ser humano le permiten permanentemente superar sus límites, y agregó:
- Hijo, como ingeniero físico que soy te afirmo que lo que estás viendo en realidad no tiene nada de especial.
Este comentario tan poco feliz impulsó a Edmundo a poner más energía en lo que hacía y logró parar dos nuevos platitos al mismo tiempo. Prueba esta que habitualmente no realizaba por su extrema dificultad.
Esto inflamó el entusiasmo del resto del público, como si hubiesen tirado nafta sobre el fuego. Estaban asombrados con la genialidad de Edmundo y lo seguían manifestando con sus más intensos aplausos, que llenaban el interior de la carpa con su ruido hipnótico como un "tam-tam" de tambores en medio de una noche en la selva de Africa.
Fue cuando paró el platito numero treinta, y mientras corría de un extremo al otro de la mesa que lo sintió: era un dolor punzante en el costado izquierdo del pecho que le hizo aparecer un rictus en la cara, pero esto no lo detuvo, siguió corriendo mientras una copiosa transpiración comenzaba a caerle por el rostro.
Un médico cardiólogo, que estaba sentado en la primer fila lo percibió y le gritó:
- Edmundo, deje de correr. Descanse un poco.
- Qué fácil es decirlo, pensó Edmundo, y agregó para sí:
- Se nota que este señor nunca paró platitos. No se da cuenta que un solo segundo que yo me tome para descansar y toda mi obra se destruirá de inmediato. Tengo que seguir adelante. Por otro lado qué pensarán todos de mí si se rompen estos platitos: dirán que no soy competente, que soy un inútil. Nadie volverá a valorarme por mis habilidades, y yo necesito de estos aplausos.
Así transcurrieron otros tres minutos interminables, durante los cuales Edmundo siguió parando nuevos platitos, mientras su transpiración aumentaba, y el dolor se instalaba irremediablemente en su pecho mientras se agudizaba. Y de pronto lo inesperado, el médico, cansado de gritarle sin obtener respuesta, saltó sobre la protección que lo separaba de la pista. Entró decididamente y lo abrazó fuertemente desde atrás, inmovilizándolo.
Edmundo se resistió e intentó liberarse como una fiera atrapada de pronto en la selva, pero no pudo evitar el desastre total. Uno por uno los platitos, ahora sin la energía de Edmundo que los mantenía girando, fueron cayendo al piso y rompiéndose con un sonido ahogado.
Edmundo lloró: Todos los platitos estaban destruidos delante de sus ojos. El motivo de su vida había desaparecido. El público quedó mudo.
El médico lo soltó y Edmundo se dejó caer sentado en el suelo.
Y cuando pudo acostumbrase a creer lo que veían sus ojos, tuvo una extraña sensación de liberación. Un gran peso dejaba de oprimirle el pecho y una sonrisa apareció en su rostro. Había perdido los platitos, era cierto, pero quizás por primera vez en su vida se daba cuenta que él no vivía a través de los platitos. Que estos eran algo que estaba fuera de él, y que ya no existían. Y a pesar de eso Edmundo todavía era Edmundo y más aún, recién ahora podía empezar a ser Edmundo. Se quedó un rato más sentado y pensativo en el centro de la arena del circo, luego se puso a escuchar atentamente el silencio que lo envolvía, cuando de pronto un zumbido intenso, como si una gran abeja se hubiese introducido dentro de su oído, le molestó y pegó un manotazo que certero cayó sobre el despertador.
Edmundo había despertado, todo había sido un sueño: Miró su habitación y a la luz del sol que aparecía entre las rendijas de la ventana queriendo entrar. Apretó los dientes, notó su cuerpo transpirado y moviendo la cabeza de un lado para el otro se dijo, protestando amargamente:
- Maldición, realmente este sueño ha sido muy real. Como si uno no tuviese pocos problemas en la vida, también en los sueños te complican la existencia.
Se levantó, se duchó, y a los pocos minutos subió corriendo a su coche Mercedes Benz, sin poder detenerse a sentir el olor a nuevo de los tapizados de cuero, ni escuchar el suave sonido que emitía esa joya de la mecánica recién traída de Alemania especialmente para él. Edmundo pasó el semáforo casi en rojo, le tocó bocina a un peatón que cruzaba distraídamente la calle y le gritó:
- Se ve que vos no estás apurado, que no tenés una empresa para dirigir.
A los pocos minutos aterrizó con un ruido ensordecedor de neumáticos en su cochera privada. Entro corriendo a la empresa, le gruñó a su secretaria y se dirigió a su oficina en lo alto, desde donde podía ver a través de las ventanas blindadas a todos sus empleados trabajando. Se sentó atrás del escritorio, encendió su computadora y empezó a trabajar frenéticamente, como siempre, escribiendo, vigilando y hablando por teléfono al mismo tiempo.
De pronto miró de nuevo a través del blindex y comenzó a transpirar copiosamente. Edmundo estaba mirando desde su oficina blindada a todas las personas que trabajaban para él, y le pareció que esas personas tomaban la forma de platitos, sí de platitos blancos que giraban y giraban. Cerró y abrió los ojos varias veces para que la imagen desapareciera, pero los platitos seguían girando.
Entonces, lentamente dejó el teléfono, despacio apagó la computadora, se levantó y se puso el saco, y suavemente y en silencio bajó las escaleras y salió del edificio. Cruzó la calle y entró en la plaza. Edmundo nunca supo si fue el ruido de las hojas del otoño bajo sus pies, si fue el aroma de las flores, si fue el trinar de los pájaros, o si fue el sol que con sus rayos cálidos lo envolvió. Lo único que sí siempre supo, fue que ese día su vida cambió.

Revista Crecimiento Interior Nº 43, Año 5, Mayo de 1998.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon
Extraído del libro "Los cuentos de Dino".

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 

 

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