Fundación Crecimiento Interior

EL TAROT DE MARSELLA

Te brindamos información, cursos, seminarios y servicios orientados al crecimiento interior.

e-mail: fundacrecimiento@gmail.com

La Fundación Crecimiento Interior, es una entidad, que si bien nació en la República Argentina, se proyecta hacia el mundo, con el objetivo de acompañar y ayudar a todas aquellas personas que se encuentren en la búsqueda de su Crecimiento Interior.

Entidad Sin Fines de Lucro- Creada el 21 de noviembre de 1991 Personería Jurídica .G.J. No: 000002/92. CUIT 30-65085273-3 - ENTIDAD EXENTA DEL IMPUESTO A LAS GANANCIAS-

 

EL MAGO

¿Quién es este señor?. Todos lo conocemos desde muy niños. ¿Quién no ha ido al circo alguna vez?. Desde el ruedo nos sorprendían y fascinaban sus trucos y malabarismos, ora lanzando esferas de colores que en el aire se transformaban en globos, ora guardando pañuelos en una galera de la que luego de un momento de expectación, con un toque de su varita mágica dejaba escapar una blanca paloma, ya sea tomando una moneda con su mano derecha a la que hacía aparecer luego en su mano izquierda y que luego increíblemente y sin saber cómo, aparecía detrás de nuestras orejas o en el bolsillo de su chaquetón.
Apoyando los codos en nuestras rodillas, conteníamos la respiración, con los ojos abiertos y sin pestañear seguíamos todos los movimientos de sus manos.
Sus manos, que siempre eran más rápidas que nuestra vista. Era increíble y siempre nos planteaba el interrogante ¿Cómo lo hace?. Aquel prestidigitador del circo era el mismo que mostraba espectáculos de magia más complejos desde el escenario de un teatro; el mismo que hoy en día, y apoyado por toda la tecnología moderna nos sigue maravillando con trucos muy complicados y riesgosos, como sumergirse bajo el agua o volar por los aires ante nuestra azorada mirada. Siempre es el mismo. El mismo que desde su lugar en el Tarot muestra los elementos desplegados sobre su mesa como invitándonos a participar en una sesión de su magia particular.
Al igual que su hermano El Loco, El Mago va vestido de mil colores y también como él, lleva una vara en su mano. Pero mientras que los colores del vestido de El Loco no tienen orden ni medida, la vestimenta de El Mago guarda la armonía dada por el juego de opuestos que se complementan.
Mientras el Loco llevaba su vara al hombro como al descuido y sin saber de su poder, El Mago sostiene su varita firmemente en su mano dispuesto a usarla para mostrarnos su magia. Pero ¿Cuál es la magia que El Mago nos quiere enseñar?. Nos indica el momento de la toma de conciencia de nuestros deseos y necesidades, el momento de pasar a la acción para llevar a la manifestación en nuestro mundo cotidiano y concreto lo que bulle en nuestra imaginación.
Por eso su número es el 1, es el verdadero comienzo, el punto de partida, el primer paso hacia la tierra firme.
Con su varita, no sólo transforma los objetos dispuestos sobre su mesa de trabajo (objetos que representan los cuatro elementos de la Alquimia: fuego, tierra, aire y agua) sino que los llena de vida, hace que cobren sentido y propósito. Como los antiguos alquimistas, pues él mismo es un alquimista, El Mago busca transformar el plomo en oro. Los alquimistas en sus laboratorios sometían a ciertos materiales a determinados procesos químicos con el objeto de encontrar la esencia (el oro) escondida en la burda materia, a este proceso llamaban ellos " transformar el plomo en oro".
C. G. Jung estableció la relación entre los distintos pasos del trabajo alquímico y sus correspondientes etapas en el proceso de individuación de la psiquis humana, pues en definitiva sólo se trata de eso "liberar el espíritu encerrado en la materia".
Y El Mago del Tarot es el encargado, con su varita mágica, de transmitir desde el Cielo la energía necesaria, para que nosotros en la Tierra, encendamos la llama de nuestro laboratorio interior y comencemos la tarea única y personal de encontrar nuestro propio oro interior, liberar nuestro espíritu, descubrir nuestro SI MISMO.

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 65, Año 7, Septiembre del 2000

LA SACERDOTIZA

Como primera dama del Tarot nos contempla desde su lugar con una mirada serena, profunda, enigmática. Tomémonos el tiempo para, a nuestra vez, mirarla a ella. ¿Quién es?. ¿De dónde viene?. ¿Quiere decirnos algo?. ¿Leernos el texto que semi oculta su ropaje?. ¿Qué sentimientos nos genera?.
Quizás lo primero que nos preguntamos es el porqué de esta imagen de un Papa femenino, si históricamente nunca existió. Tendrá que ver tal vez con aquella vieja leyenda popular que contaba que en algún tiempo remoto existió una mujer que , disfrazada de sacerdote, llegó a ser ordenada Papa y que luego dió a luz un niño durante una celebración religiosa.
Trasladémonos con nuestra imaginación para recrear la situación, ¡qué estupor la de los feligreses!, ¿verdad?. Quizás sintieron que se mancillaban los sagrados rituales espirituales con este acontecimiento cotidiano, carnal y profano, pero siempre deslumbradoramente mágico del nacimiento. Durante siglos, espíritu y materia fueron separados. Pero hoy podemos preguntarnos que podría hacer el espíritu, chispa creadora, lo masculino, si no tuviese la materia, el cuerpo, lo femenino, para materializarse? He aquí el sagrado poder de la mujer. Sin su presencia, el espíritu del hombre no podría tomar forma.
La Suma Sacerdotisa, La Papisa, este es el nombre con que se conoce este Arcano desde los primeros juegos de Tarot del Medioevo, y siempre fue representada como una religiosa. Pero, ¿quienes fueron sus ancestros? Remontémonos en el tiempo a las religiones paganas y comprenderemos que su origen está profundamente enraizado con la imagen de las Diosas Lunares:la Gran Mdre, la Madre Tierra, isis, Astarté, Cibeles, Demeter, y tantas más, portadoras de lo femenino instintivo, profundo, misterioso. .. Y fue esa necesidad del hombre de separar lo "sagrado" de lo "profano", lo que hizo que estas diosas, portadoras de la capacidad de concebir, gestar, alimentar, contener la vida fueran lentamente relegadas al inconsciente, cubiertas sus desnudeses con el casto ropaje sacerdotal. Y así, surgió esta Suma Sacerdotisa, representante de un aspecto de lo femenino, extrañamente dual, memoriosa, pasiva, misteriosa.
Su pasividad nos invita a la reflexión, a replegarnos en nuestro mundo interno, a confiar en nuestra intuición. Parecería que sus ropas salen del agua y van al agua, indicándonos su conexión con el reino de lo inconsciente.
Esa Luna que ilumina su imagen nos conecta con su capacidad de gestar, de nutrir, de recordar. Al recuerdo siempre le agregamos nuestras emociones y damos lugar al nacimiento de algo nuevo, más rico. Y si bien, las emociones son básicamente patrimonio de la naturaleza femenina, aquellos hombres , que puedan conectar con su ánima (su femenino interno), podrán también trasmitirnos la sutileza de sus sentimientos más profundos, del dolor al amor, del sufrimiento al éxtasis, y habrán logrado la unión de la eterna dualidad masculino-femenino.
La Suma Sacerdotisa lleva implícita esta dualidad en los dos pilares que sostienen su trono, son al mismo tiempo luz y oscuridad, actividad y pasividad, consciencia e inconsciencia, misericordia y severidad, yang y yin. Significan que esta dualidad es una ilusión, que dentro de cada extremo está contenido el otro.
Un manto cuelga de estos dos pilares, ocultando de la vista profana la verdad y el poder que contienen las aparentemente tranquilas aguas del inconsciente. Para conocerlas, deberemos leer el papiro que la Sacerdotisa sostiene graciosamente entre sus manos, que nos hablará en clave, clave que podremos desvelar si nos animamos a transitar el a veces arduo y difícil, pero siempre maravilloso camino a través de los siguientes arcanos, y quizás entonces podamos descorrer el velo, remover las aguas y fundirnos con nuestro verdadero SER.

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 64, Año 7, Agosto del 2000

LA EMPERATRIZ

Hela allí, desde su magnífico trono nos saluda Su Majestad La Emperatriz.
Así como de la fusión del 1 y del 2 surge el 3, de la chispa creadora de El Mago y la profundidad intuitiva de La Sacerdotisa , surge La Emperatriz. Eterno juego de polaridades, actividad-pasividad, luz-oscuridad, yang-yin, vida-muerte, dando paso a la concreción de la realidad.
La Emperatriz simboliza la capacidad de conectar el cielo con la tierra, el espíritu con la materia.
Es la Naturaleza en su máximo esplendor. Así como su más casta hermana, La Sacerdotisa, mostraba el mundo de lo misterioso, la intuición la reflexión, La Emperatriz nos habla de ese misterio hecho realidad. La imagen sugiere emoción profunda, pasión, sensualidad, toda la fuerza de lo femenino encarnado para cumplir su misión creadora.
Así como La Sacerdotisa gestaba y nutria en su interior, La Emperatriz da vida y alimenta el exterior. Ambas cubren los diferentes aspectos de lo eterno femenino.
Una guarda los secretos de su cuerpo cubierta por castos ropajes, la otra abre sus brazos al mundo, mostrando su gracia y belleza femenina vestida con espléndidas galas. Sus cabellos están sueltos y libres, tocados por una maravillosa corona con doce estrellas que simbolizan los doce signos del Zodíaco y las perlas de su collar indican los nueve planetas. Su vestido se confunde con la riqueza y exuberancia de la Naturaleza en su máximo esplendor.
La Sacerdotisa es Isis y su poder de gestar, La Emperatriz concreta este poder en la realidad, es la romana Demeter, diosa de la fertilidad y la vegetación.
Su cetro lleva una esfera rematada por una cruz, materia y espíritu unidos en la realidad y es también el símbolo de Venus, el poder del amor.
Ella nos habla permanentemente de este "poder del amor", la gran fuerza creativa que nos permite crecer, evolucionar, trascender nuestros limitados horizontes personales para incluir a otros en un abrazo amoroso.
Si alguna circunstancia hace que nos sintamos atascados o inmovilizados, podemos recurrir a Ella, y lo que hasta entonces nos parecía improductivo, lleno o vacío, podrá crecer, florecer, transformarse gracias a su divino aliento de Vida.

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 66, Año 7, Octubre del 2000

EL EMPERADOR

Después de la exuberancia de La Emperatriz, llega El Emperador. Así como El Mago (el número 1 ), chispa divina, iniciaba un ciclo de creación, El Emperador, (el número cuatro), finaliza esta etapa dando lugar al nacimiento de una nueva. Si sumamos los números del uno al cuatro obtendremos el diez. Pero, ¿con qué tendrá que ver esta nueva etapa de crecimiento?. Pues con un ciclo de realización y materialización.
La Emperatriz nos hablaba del reino del mundo natural, silvestre, ilimitado, creciendo sin prisa ni pausa a nuestro alrededor, sin orden ni medida. Es a Ella a quien responde El Emperador, poniéndole su sello, guiándola para obtener sus mejores frutos pues de lo contrario se sumiría en el caos. La Emperatriz y El Emperador forman la segunda pareja de opuestos complementarios de El Tarot: Eros y Logos, sentimiento y pensamiento, mundo subjetivo y mundo objetivo.
Si seguimos el curso de la Historia de la Civilización, veremos como esta pareja nos remite a las antiguas civilizaciones matriarcales que adoraban a la Diosa Madre, pero que necesitaban cada invierno sacrificar al viejo rey para asegurar la vida que renacería en la próxima primavera. Con el tiempo , el culto a la Diosa fue reemplazado por las culturas patriarcales, las cuales relegaron a un segundo plano el lugar de lo femenino minimizando la influencia de la Diosa, elevando en cambio el poder de lo masculino en la figura del Rey, que se transformó en padre y protector de su pueblo, tribu o nación, dependiendo el crecimiento, bienestar y riqueza de los mismos de las de su propio soberano. Las leyendas del Santo Grial dan claras muestras de ello.
El Emperador nos trae entonces la idea de la civilización y la cultura para la Humanidad.
En nuestra vida personal, La Emperatriz y El Emperador representan a nuestra pareja parental, madre y padre. La primera nos alimenta física y emocionalmente y el segundo nos impone el orden y la disciplina. En nuestro tránsito de la infancia a la edad adulta, el nos guía como la autoridad familiar para poder insertarnos luego en el grupo más amplio de nuestra comunidad.
El Emperador es índice de perseverancia, poder, realización, estabilidad. Su número cuatro hace referencia a todo aquello que trae orden y estructura a nuestra consciencia: los cuatro puntos cardinales, las cuatro fases de la luna, las cuatro operaciones aritméticas básicas (suma, resta, multiplicación y división), las cuatro funciones de la psiquis (pensamiento, sentimiento, intuición, sensación), las cuatro estaciones, los cuatro elementos (fuego, tierra, aire y agua), las cuatro cualidades de la materia (cálido, seco, húmedo, frío ), los cuatro evangelistas (Mateo, Marcos; Lucas y Juan) , las cuatro letras del nombre sagrado de Dios (yod, he, vav, he), etc.
El jardín de La Emperatriz es pleno, lleno de plantas, flores, frutos, colores, animalitos corriendo por doquier, pero para que no se transforme en una selva enmarañada donde una especie se coma a la otra, es necesaria la mano de El Emperador, que pondrá orden, mesura y estructura a este material inagotable para que podamos recorrerlo, verlo crecer y disfrutar de sus frutos sin temor a su destrucción o a ser tragados por su fuerza inagotable.
De la misma manera, cuando nuestra imaginación fluya sin cause ni medida, ininterrumpidamente, podemos invocar al Emperador, a nuestro Emperador interior, quien nos ayudará a poner palabras, colores, imágenes, formas a todo aquello que ella nos dicte para poder así compartirlo con nuestros semejantes.

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 67, Año 7, Noviembre del 2000

EL HIEROFANTE

A través del tiempo, las distintas versiones de El Tarot han nombrado a este arcano de diferentes maneras: El Papa, El Sumo Sacerdote, El Pontífice, El Hierofante, etc. Parece ser que esto se debería a las creencias filosóficas o religiosas de los innumerables autores. Pero todos ellos concuerdan en algo, este arcano representa el dogma, sea este social, político, religioso.
Los arcanos anteriores mostraban al hombre en su estado primitivo, natural, instintivo. Tanto El Mago como La Sacerdotisa y La Emperatriz dan cuenta de este estado de ser, y El Emperador les pone palabra, las estructura, los ordena y civiliza, pero su llegada lleva implícita el paulatino alejamiento del íntimo contacto del Hombre con éste, su mundo instintivo y natural. Y al perder este contacto necesitó de un dogma, de una guía que lo ayudara a reconstruir la conexión perdida. Y surge entonces la figura de El Hierofante, de El Pontífice. ¿Pero quién es este ser? Como su nombre lo indica, Pontífice, es quien establece un puente entre Dios y los hombres., es el representante de Dios sobre la tierra., cualquiera sea el nombre que se le dé a este Dios. Y así representa al Papa de la Iglesia Católica, al Hierofante, sumo sacerdote de los misterios griegos de Eleusis, a los Hermanos fundadores de las distintas órdenes, sociedades secretas, sectas, logias que comenzaron a aparecer desde finales del siglo pasad. En todas ellas su misión es la misma: conectar al Hombre con el Espíritu Divino, interpretar la palabra de Dios para hacerla comprensible al hombre corriente y a la vez elevar sus ruegos, dudas, esperanzas y temores a la Divinidad.
El Hierofante pone en palabras la intuición de La Sacerdotisa, creando entonces un sistema racional para sus percepciones, pero los secretos que ella tan celosamente guarda detrás de sus velos permanecerán vedados para quien se acerque a pedir la protección del primero.
Junto con El Emperador forma otra pareja interesante. Mientras el primero se ocupa del bienestar físico y social de sus súbditos, el Papa tiene a su cargo el cuidado de su salud espiritual.
Si observamos atentamente los arcanos anteriores y los comparamos con el Sumo Sacerdote, algo en sus diseños nos llamará inmediatamente la atención. En todos los anteriores el arquetipo representado, ya sea El Mago, La Sacerdotisa, La Emperatriz o El Emperador, aparecían solos, llenando todo el espacio disponible, dando cuenta así de la grandiosidad del arquetipo. El Hombre en esta etapa todavía era uno con ellos.
Pero el Sumo Sacerdote introduce una variante. Aquí ya hay tres figuras, la figura del Papa elevándose en el centro del arcano y otras dos figuras más pequeñas arrodilladas frente al mismo. De alguna manera podríamos decir que estas dos figuras representan la conciencia humana en una nueva etapa de su desarrollo individual, que ya ha conseguido separarse de La Madre y El Padre, pero todavía necesita protección, consejo, guía.
El Sumo Sacerdote comparte la naturaleza humana y la divina, está en contacto con Dios y trasmite su palabra a sus discípulos. Estos están arrodillados, dándonos la espalda quizás indicando con ello que todavía no pueden pararse sobre sus propios pies, no han logrado desarrollar su propia identidad, pero están ya en aquella etapa de crecimiento que los lleva a preguntar, cuestionar, poner en duda, volver a preguntar, y entonces ,¿quién mejor que El Pontífice para responderles?.
Estas dos figuras llevan al plano humano , la dualidad que ya expresaban las dos columnas detrás de La Sacerdotisa, dualidad que volveremos a encontrar una y otra vez en El Tarot, representada de distintas maneras en los Enamorados, El Carro, La Justicia... el eterno juego de opuestos que la vida nos trae . El Hierofante es un maestro, un consejero y guía espiritual, nos habla de educación, de obediencia a las normas dadas, de aceptación de los cánones impuestos por la sociedad en la que vivimos, nos conecta con las tradiciones, doctrinas y rituales repetidos por la Humanidad a lo largo del tiempo. Pero nos plantea un gran desafío, el de volcar toda esta forma exterior hacia nuestra interioridad, para poder establecer un diálogo directo, sin intermediarios, con nuestra propia y personal consciencia de La Divinidad.

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 68, Año 7, Diciembre del 2000

LOS ENAMORADOS

A través del tiempo distintas versiones del Tarot presentan a este arcano con diferentes nombres: La Elección , Los Enamorados, La Indecisión, Los Amantes, etc. Pero en general las más antiguas conservan el mismo diseño: un joven entre dos mujeres, una rubia la otra morena, y sobre sus cabezas un angelote con el arco dispuesto para disparar su flecha. Otras versiones más modernas como la de Waite-Smith, muestran una pareja desnuda, por detrás de ella y coronando la carta un ángel con los brazos abiertos, como bendiciéndolos. Este arcano es sumamente rico y misterioso y se presta a más de una interpretación. Los primeros cuatro arcanos nos mostraban una sola figura dominante, apareciendo recién la tríada en el quinto arcano, El Hierofante, pero éste todavía conservaba la imagen de un ser superior, casi mágico a cuyos pies se arrodillaban sus discípulos. En Los Enamorado vuelven a aparecer las tres figuras, pero ya están totalmente humanizadas y al observarlo inmediatamente surgen infinitas preguntas. ¿ Quién es este joven? ¿ Quienes son las damas que lo acompañan? ¿ Porqué parece estar tironeado por ellas? ¿ Qué nos está queriendo decir?. Como algunos de los nombres con que se conoce a este arcano, nos está indicando un momento de elección, de toma de decisiones, nos está dando opciones. Y nos está hablando además del amor, del amor humano, del despertar de la sexualidad. Y esa decisión podría estar relacionada ya sea con temas de poca importancia, diríamos casi cotidianos o podría indicarnos momentos de profunda crisis y crecimiento. Este joven representa de alguna manera a la consciencia humana en su proceso de individuación y une en sí mismo a los dos acólitos del arcano anterior; la dualidad que se nos aparece ahora es la de los aspectos femeninos, representada por las dos mujeres que lo acompañan. Hay quienes relacionan este arcano con la adolescencia y ven en una de estas mujeres a la Madre tratando de retener a su hijo, y en la otra, más joven, a aquella que despierta sus deseos sexuales. Y esta opción que el joven enfrenta, marcará el inicio de su vida independiente, libre ya de la influencia nutricia pero también sobreprotectora de las mágicas y todopoderosas figuras de los arcanos anteriores. Pero no sólo se relaciona con la etapa de la adolescencia, sino también con cualquier momento de la vida de un hombre o de una mujer. Estas dos mujeres podrían estar representando a una esposa (esposo) tradicional, convencional y tal vez un poco aburrido, frente a la probabilidad de una (un) amante más joven, alocada y divertida que estimule sus deseos sexuales, su imaginación, su fantasía. Menos literal, quizás alegóricamente, este arcano podría representar la elección entre el "bien" y el "mal" , cualquiera sea el significado que le demos a estos conceptos en las circunstancias que fueren; la necesidad de apoyarnos en lo racional o lo intuitivo para tomar una decisión, puede indicarnos que debemos optar entre seguir los cánones y rituales establecidos por la Iglesia tradicional o adherirnos a las enseñanzas filosóficas de alguna escuela ocultista, y tantas otras situaciones que se nos aparecen como opuestas e irreconciliables. Una vez hecha la elección, deberemos seguir ese camino y quizás podamos luego recuperar, ya desde otro lugar, las bondades de la vía desechada. Habíamos dicho al principio, que en Tarots más modernos este arcano mostraba una pareja humana, en los mismos hace referencia al amor humano, a la unión de lo masculino y femenino, del yin y el yang, lo consciente y lo inconsciente. Si nos polarizamos en lo racional y lo intelectual, controlando nuestro cuerpo y nuestros sentidos, nos aislamos. Si por el contrario, nos dejamos llevar sólo por nuestros deseos más físicos, éstos nos llevarán de una situación sin sentido a otra peor. Es sólo a través de la unión de la razón y la pasión que podremos lograr el tan necesario equilibrio para nuestro crecimiento interior, que se verá reflejado exteriormente al permitirnos enfrentar lo cotidiano con mayor alegría armonía y amor a los otros y a nosotros mismos.

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 69, Año 8, Febrero del 2001

EL CARRO

Nuestro joven ha crecido, habiendo hecho la elección que indicaba la etapa de El Enamorado, se dispone ahora a seguir su camino. Se nos presenta como un joven rey, erguido en su carro, dispuesto a emprender la marcha. Llama la atención este séptimo arcano, ya que no se lo designa con el nombre de una figura arquetípica como La Sacerdotisa, La Emperatriz, El emperador, El Hierofante, o El Enamorado, sino simplemente como El Carro. Dejando atrás las figuras todopoderosas, magníficas, estáticas de los anteriores, El Carro nos da idea de movimiento, desarrollo actividad. A nuestra mente trae las figuras de los héroes de tantas novelas épicas que tan maravillosamente fueron llevadas al cine como Ben Hur, Julio César, Alejandro Magno y tantas otras más. Si dejamos un poco de lado el arcano Nº 0, El Loco, y dividimos los restantes en tres grupos de siete, veremos que El Carro ocupa el último lugar del primer ciclo, indicando el cierre del mismo y el comienzo de un ciclo nuevo. Y este número siete se repite en muchos otros ciclos: siete son los días de la semana, siete los colores del arco iris, siete los chakras, siete las leyes herméticas, siete los planetas conocidos en la antigüedad, etc. Nuestro rey de El Carro, ha iniciado su vida independiente, libre ya de las ataduras que le imponían su familia y las estructuras sociales de su medio ambiente. Está dispuesto a vivir la aventura única, personal e irrepetibe de su propia vida. Si bien se ha liberado, no por ello ha olvidado lo aprendido en los anteriores estadíos, se diría más bien que los ha integrado a su persona, pero tiene la determinación de que no interfieran con sus proyectos. Como prueba de ello, basta con mirar detenidamente sus vestiduras, vemos que ellas nos dan indicios de los anteriores arcanos: el toldo del carro nos recuerda el velo de La Sacerdotisa, como también las dos lunas que lleva en sus hombros, éstas a su vez remiten al Sumo Sacerdote, pues han sido asociadas al Urim y al Thummin, elementos que utilizaba el Sumo Sacerdote de Jerusalem para conectarse con la palabra de Jehová. La vara que lleva en su mano nos recuerda la de El Mago y al cetro de El Emperador, también su corona hace referencia a este último. El césped bajo las ruedas es el mismo que adornaba el jardín de La Emperatriz y el par de caballos o esfinges, con su polaridad de colores, blanco y negro o rojo y azul según las distintas versiones, nos hacen pensar en Los Enamorados. Si seguimos profundizando encontraremos muchos más elementos que nos remitan a los arcanos anteriores. Decíamos que este joven ha iniciado su camino en busca del éxito y para lograrlo su mente consciente ha subordinado todas las cosas al poder de su voluntad. Es así como las cuatro columnas que forman su carro sostienen un toldo, que lo protege de los elementos de la Naturaleza, pero podríamos pensar que también lo protegen de las de las flechas de amor del angelote que observaba desde el cielo en el arcano anterior. Al mismo tiempo se diría que este rey y su carro forman una unidad, pero los caballos están como separados del mismo. ¿Qué representan estos caballos? Desde la antigüedad se ha asociado a los mismos con ritos vinculados con la muerte, transformación y renacimiento de una nueva vida. Ya más recientemente la moderna psicología los ha vinculado con la sexualidad y los instintos. ¿Y las esfinges que los reemplazan en algunas versiones? Nos hacen pensar en los misterios egipcios y también en el enigma que Edipo resolvió, enigma que tenía que ver con el eterno ciclo de la vida del hombre. Parecería que estos caballos o esfinges corrieran en direcciones contrarias y es la tarea del conductor controlar su marcha y mantener su carro en equilibrio a lo largo del camino. Pero, ¿cómo lo hará si además no lleva riendas para dirigir su marcha? El joven rey confía en el poder de su voluntad. En su mente brilla un objetivo , para lograrlo, no escatimará esfuerzos y está dispuesto a apartar de su camino cualquier experiencia que lo detenga o desvíe del mismo. Pero quizás el mismo camino le ponga obstáculos que lo harán tropezar y caer más de una vez, levantarse y seguir la marcha para más adelante volverse a caer , y seguir otra vez siempre hacia adelante, hacia su meta. Pero para ello tendrá que comprender que no puede dejar de lado sus aspectos más humanos, aquellos que lo conectan con sus instintos, sus sensaciones, sus sentimientos más profundos, esto si desea lograr el verdadero éxito. El Carro nos lleva al movimiento, nos invita a la aventura, a viajar por territorios inexplorados, pero no nos plantea simplemente un viaje exterior. Nos invita a viajar hacia nuestra interioridad, hacia nuestro si mismo interior. Para ello bastará con que cerremos los ojos, y con las alas de nuestra imaginación, nos subamos al carro, nos entreguemos y dejemos que su conductor nos guíe hacia el centro de este, nuestro territorio privado, íntimo y personal...

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 70, Año 8, Marzo del 2001

LA JUSTICIA

Cuando comentamos El Carro, habíamos dicho que si dejábamos a un lado a El Loco, podíamos dividir los restantes arcanos en tres grupos de siete arcanos cada uno. El Carro cierra el primer ciclo y el siguiente es iniciado por el arcano número 8, La Justicia. Podríamos decir que el primer ciclo nos relata el proceso de crecimiento, desarrollo y maduración del Hombre para su inserción en la vida en sociedad, nos habla de las situaciones cotidianas externas y mundanas, de su familia, su educación, sus amores, sus luchas por encontrar su lugar en la sociedad. Pero al saltar del arcano número 7 al arcano número 8, nos encontramos en un escenario totalmente distinto. Ya no es el Hombre y su entorno el foco de atención, sino que ahora éste se desplaza hacia el mundo interior de nuestro Héroe, de las preocupaciones concretas del cotidiano vivir pasamos a la búsqueda de nuestra propia y única realidad interior, la búsqueda del Sí Mismo. Y entonces ¿Qué nos quiere decir La Justicia como primer escalón de este proceso?, ¿A qué tipo de justicia se refiere?. Observando su diseño vemos una mujer sentada que con una mano alza hacia el cielo una espada mientras que con la otra sostiene una balanza en equilibrio. La espada es símbolo de acción, pero aquí la acción está orientada hacia la búsqueda de la verdad interior. Su afilado acero nos pide una elección, una decisión, nos da sabiduría para separar la realidad de la fantasía, de la confusión, de las ilusiones engañosas. A su debido tiempo, la balanza nos habla del eterno juego de los opuestos: pasado y futuro, realidad y fantasía, consciente e inconsciente, juego de opuestos que buscan siempre su equilibrio en el tiempo y en el espacio. En su conjunto todo el diseño de La Justicia apunta a este equilibrio de opuestos, la espada en vilo representa el mundo del espíritu, el idealismo, la acción, lo masculino, el principio yang; la balanza apunta al reino de la naturaleza, de lo humano, el terreno de lo práctico, la ilusión de los acontecimientos, las emociones, el mundo femenino, el principio yin. La representación habitual de La Justicia humana, nos muestra esta misma mujer con los ojos vendados, indicando con ello que no se dejará influir por apreciaciones personales. Pero La Justicia de El Tarot, no lleva venda alguna; su figura se levanta en el centro del arcano con los ojos abiertos mirando hacia el frente, desentendida de la balanza y la espada parece sumida en un profundo estado meditativo. ¿Sobre qué medita?. La Justicia humana pretende discernir entre el bien y el mal, culpabilidad o inocencia. Pero la búsqueda de esta Justicia está orientada hacia el encuentro de la verdad, de nuestra propia verdad interior. Nos habla de responsabilidad, de la responsabilidad sobre nuestras acciones y nuestras decisiones, nos lleva a comprender cómo nuestro pasado influye sobre nuestro presente, a tomar conciencia de cómo nuestros orígenes, actos y elecciones impulsivas del pasado originaron nuestra realidad presente y por ello nos pide un momento de reflexión para así ahora poder elegir más sabiamente, y siendo sinceros con nosotros mismos, sin dejarnos llevar por condicionamientos externos, orientaremos nuestra energía para que nuestras acciones, pensamientos y realizaciones sean el reflejo de nuestra propia verdad interior.

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 68, Año 7, Diciembre del 200

EL ERMITAÑO

Panorama oscuro y denso, pero a lo lejos vemos de pronto encenderse una pequeña luz. Pareciera que esa luz va avanzando lentamente, y a medida que avanza va creciendo en intensidad y brillo, iluminando la oscuridad circundante. ¿Qué es esta luz?, ¿quién la porta?, ¿es humana o sobrenatural?. Ya está cerca nuestro, ocupando su lugar en el centro del Arcano N° 9. Aquí está y ahora observamos que esta extraña luminosidad no es otra cosa que el farol que lleva un anciano monje. ¿Quién es él?. Parece provenir de una época perdida en el tiempo, donde confluyen la realidad y la fantasía. Innumerables versiones de este anciano sabio han poblado nuestros cuentos infantiles, como así también las historias, mitos y leyendas medievales, en los cuales aguerridos caballeros, nobles reyes y hermosas princesas se internaban en abigarrados bosques, escalaban áridas montañas, transitaban caminos no hollados anteriormente, en busca del refugio o la gruta donde habitaba, sólo para encontrarlo y pedirle su consejo, su guía o simplemente hospitalidad, abrigo y cobijo. Los milagrosos poderes de gurúes, yoguis, ascetas que viven aislados en pequeñas grutas y ermitas pueblan la religión, la historia y la geografía de todo Oriente. Si observamos su imagen, veremos que ella nos remite a otros arcanos anteriores. Así su cayado nos recuerda el bastón de El Loco, pero también a la varita mágica de El Mago o al cetro de El Emperador, al báculo de El Hierofante o la vara de El Carro. Hay en él algo de ellos y de otros más. Pero así como El Loco lleva su bastón casi como si fuera un juguete, sin conocer su verdadero poder, El Ermitaño se apoya confiadamente en él, le sirve para marcar su camino. Así como el báculo del Hierofante representa el poder que le fuera conferido por la Iglesia, este sencillo bastón lleva implícita la sabiduría que sólo una vasta experiencia de vida puede dar. Una mirada superficial a este arcano, con su árido paisaje rodeando a la figura central, nos hace pensar en la soledad. Pero la soledad de El Ermitaño está puesta al servicio de la reflexión, la maduración, la contemplación interior. Es la soledad de la mente dispuesta a abrirse a la verdad interior, plagada de símbolos y significados. Si reflexionamos sobre su imagen veremos que nuevamente aparece la eterna dualidad masculino-femenino, reflejada en diversos elementos. Es la luz de su farol, símbolo del poder espíritu, activo, masculino, luz que ilumina pero no encandila, que calienta y reconforta pero no incendia ni quema. Y es el azul del hábito que lo cubre y la gracia de su porte y de su gesto, imagen del alma, de lo femenino, de lo pasivo. ¿Dónde lo encontraremos en nuestros días?. Hay quienes lo buscan externamente y se prenden de las enseñanzas de algún gurú o guía espiritual, uno de los tantos que predican sus doctrinas ya sea en Oriente u Occidente. O quienes lo encuentran en sus terapeutas, consejeros o asesores psicológicos, como versión más occidentalizada. Pero hay otros, que llevados por algún extraño designio interior se transforman ellos mismos en la parodia de este Ermitaño y los encontramos, entonces, en tantos pueblos, ciudades o caminos, desprovistos de pertenencias, sin rumbo definido ni objetivos claros, con la mirada perdida en el vacío, recitando oraciones cuyo sentido es sólo comprensible para ellos. ¿Pero que nos quiere enseñar realmente este Arcano?. Su contemplación nos trasmite paz, armonía y fundamentalmente SILENCIO... Aquel silencio infinito que nos permite ahondar en la profundidad de nuestra mente, trascenderla y encontrar su oculto divino tesoro. Para encontrar este silencio, no es necesario que nos aislemos en lo alto de la montaña, o en el medio del desierto. Es suficiente con que dispongamos de un espacio de tiempo para estar a solas con nosotros mismos, tiempo que podría ser en ciertos casos de algunos meses, semanas o días, o simplemente de unos pocos minutos cotidianos. Desde ese espacio, el de nuestro silencio interior, podremos comprender que cada uno de nosotros porta su propia lámpara. Y este espacio de silencio hará que la luz de nuestra lámpara espiritual brille cada vez con mayor intensidad y calor, para alegría de nosotros mismos y para compartirla con quienes junto a nosotros transitan por este mundo cotidiano, de la realidad material compleja y concreta.

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 72, Año 8, Mayo del 2001

LA RUEDA DE LA FORTUNA

¿Quién no se ha detenido a observar las aspas de un molino? Si las observamos en una ilustración, en una fotografía, en un cuadro, las veremos inmóviles. Pero sabemos que ellas giran permanentemente y en el campo es bastante habitual que algún pájaro se pose en ellas y se deje llevar un rato por su movimiento, o a veces algún objeto arrastrado por el viento se engancha en estas aspas y queda así incorporado ininterrumpidamente a su girar. ¿Pero que hay detrás de este molino? Si por un momento dejamos fija nuestra mirada en sus aspas giratorias emergerá la imagen de La Rueda de la Fortuna.

Cuan misteriosa es, ¿verdad?. ¿Con qué podemos relacionar su eterno movimiento? Quizás la primera relación que podamos hacer sea con el girar de las manecillas del reloj, y de allí en más con el eterno suceder del día que sigue a la noche para dar paso luego nuevamente al día. O podemos observar el transitar de la Luna en el cielo, que de la invisible Luna Nueva va creciendo hacia su primer cuarto, para luego transformarse en la fértil Luna Llena, y comenzar después su proceso decreciente hasta llegar a ser menguante para desaparecer luego e iniciar su nuevo ciclo en la próxima Luna Nueva. O bien prestemos atención al ciclo de las estaciones con el verano que sigue a la primavera, para ser sucedido por el otoño que anuncia el invierno y que renacerá luego en una próxima primavera y así eternamente. Sí, de alguna manera La Rueda de la Fortuna nos remite a la Naturaleza y sus eternos ciclos. Es en definitiva una representación simbólica de la Vida. Sus orígenes los encontraremos en la más remota antigüedad.

Desde los tiempos de la Gran Diosa, cuando el hombre no sabía que esta transformación cíclica de la Naturaleza, de la cual dependía su vida entera, era automática, sino que creía que debía ser generada por él mismo a través de alguna ceremonia especial, y así al mediar cada invierno, invocaba el renacer de la primavera sacrificando al viejo rey para dar la bienvenida al joven que reinaría hasta la llegada del próximo invierno, y así asegurar su supervivencia. La encontramos también entre los griegos, para quienes el eje del mundo estaba sometido a los designios de la Madre Noche y sus hijas las Erinias: Cloto, Laquesis y Atropos, quienes en su rueca hilaban el hilo de la vida y destino humanos y hasta el de los dioses, determinaban su longitud y luego lo cortaban. Ya en la Edad Media, el Tarot Visconti o el Sforza, vuelven a hacer referencia al ciego poder de lo inexorable, al mostrar a un otrora poderoso rey, aplastado ahora su orgullo bajo la Rueda de la Fortuna, gobernada por una mujer que lleva los ojos vendados. Si observamos La Rueda de la Fortuna de Tarots más modernos veremos que lo primero que llama nuestra atención es la ausencia de figura humana. Es el primer arcano que no muestra al ser humano, ni en sus versiones más cotidianas y accesibles, como Los Enamorados o El Carro, o aquellas otras endiosadas y todopoderosas, como La Emperatriz o El Emperador. En cambio en ellos vemos extraños seres colgados de la rueda girando con ella, en algunos Tarots vemos una serpiente, un chacal, que nos recuerdan a Seth y Anubis, los dioses egipcios, en otros Tarots estas figuras parecen perros o monos. Pero siempre la imagen es la misma, están colgados de la rueda, alguno cabeza abajo otro cabeza arriba, girando en ella sin posibilidad de hacer otra cosa más que seguir su eterno movimiento circular. Movimiento circular que desde un lugar representa el eterno suceder de los acontecimientos, pero también siguiendo a los hindúes podríamos decir que es el eterno suceder de las encarnaciones, el ciclo de la Vida-Muerte-Vida. En todos estos modernos Tarots, hay una esfinge posada sobre la rueda, no está dentro de ello, no gira con ella, sólo preside, controla, observa su incesante movimiento. Para los egipcios la esfinge representaba al dios Horus, dios de la resurrección, pero aquí también representa a las Grandes Diosas de los antiguos, aquellas que regían el misterio de la Vida y el Destino.

La Rueda de la Fortuna tiene que ver con la Vida y su eterno cambio, y nuevamente nos lleva a la polaridad: a veces parecería que llegamos a la cima de una experiencia, para comprobar después que la rueda ha girado y tocamos el fondo de esa misma experiencia, a veces nos quedamos pegados al pasado, pero un nuevo giro nos acerca al presente, que en pocos instantes más será nuevamente pasado. De alguna manera todos quisiéramos dar una vuelta más para vislumbrar nuestro futuro, pero éste nos está vedado, sólo lo podremos descubrir en nuestro girar.

Para poder comprender a LA Rueda de la Fortuna como símbolo del Karma, de la Vida-Muerte-Vida, tendríamos que estar fuera de ella. Pero estamos inmersos en ella, giramos con ella. Su circunferencia representa los acontecimientos, las circunstancias externas que vamos atravesando en nuestro día a día, aquello que cambia permanentemente, de arriba abajo, de izquierda a derecha. Pero su centro está inmóvil, es aquel lugar que añoramos cuando nos sentimos presos de las circunstancias, aquel lugar de sabiduría, paz y armonía interior, aquel lugar que nos purifica y nos eleva para ponernos en sintonía con el Ser Universal. La Rueda de la Fortuna nos plantea un gran dilema ¿Está todo escrito por la diosa Destino?¿Es el Hombre libre para elegir su propio camino? Existen escritas páginas y más páginas de teorías sobre esta gran dualidad determinismo-libre albedrío. Pero mientras pensamos como establecer la conexión entre estos dos opuestos, podríamos tararear aquella canción popular que en su estribillo decía más o menos así: " Gira la vida, gira, y en su girar...".

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 73, Año 8, Junio del 2001

LA FUERZA

Nuevamente El Tarot nos trae una figura de mujer. Pero ya no se trata de una figura arquetípica, inaccesible, lejana, como La Sacerdotisa o La Emperatriz, eternas diosas que nos contemplaban inmóviles desde sus elevados sitiales o tronos. Esa dama de La Fuerza es mucho más humana, más cercana, más palpable. Parece ser una mujer culta y refinada, va elegantemente vestida, y ya sea por su postura, por los pliegues de sus vestidos o por la posición de sus manos, toda ella indica movimiento. Su sombrero en forma de lemniscata o de ocho, nos recuerda a El Mago, pues ella también es una especie de maga, pero posee una magia distinta a aquel. Es mujer y como tal nos remite a La Sacerdotisa y La Emperatriz.

Así como El Mago es portador de la magia del Logos, del poder de lo masculino, La Fuerza nos trae el poder del Eros, de lo femenino. El primero necesitaba de su varita mágica para montar su espectáculo y efectuar sus trucos en la realidad exterior y concreta. Ella no necesita elemento alguno ni demostrar nada, su magia reside sencillamente en su interior. Así como en El Mago nuestro héroe había iniciado su camino de crecimiento y evolución, La Rueda de la Fortuna, en el medio de su camino, propuso un giro, una repolarización de la consciencia, dirigiendo la energía antes puesta en los logros externos, hacia el conocimiento interior. Y ella, apareciendo después de esta Rueda de la Fortuna será la encargada de guiarlo a través de su laberinto interior para que pueda conectar sus deseos más conscientes con los aspectos más oscuros, primitivos e inconscientes de su psiquis. Representa pues los aspectos femeninos, el "ánima" de nuestro héroe. Por eso es que ella no está sola en el diseño de este arcano. El león que la acompaña representa justamente el poder indiscriminado, salvaje, instintivo del inconsciente. El león como tal fue considerado siempre como el rey de los animales, y si hacemos un poco de memoria,

El Loco también aparecía acompañado por un animal, esta vez un perro, que mordía sus ropajes como previniéndole de algo. Y también allí este perrito representaba al inconsciente de nuestro protagonista. Podríamos decir que al no prestarle nuestro héroe la suficiente atención a lo largo del camino ya recorrido, este perro hubiera tenido el tiempo y el espacio suficiente para crecer hasta convertirse en león y ahora bramara clamando por atención y cuidados. Ya no puede ignorarlo más. Pero, ¿qué hará? ¿Oponerle su fuerza bruta para vencerlo o dejarse dominar por este león y permitir que lo devore? Desde lo simbólico este pequeño drama está representando nada más ni nada menos lo que nosotros sentimos cuando nos enfrentamos con nuestras emociones más primitivas e indiscriminadas, nuestras pasiones, nuestros deseos más vehementes, nuestro odio, nuestras envidias y celos, en fin, todo aquello que tratamos de ocultar a los ojos de los demás e incluso nos negamos a nosotros mismos, todo aquello que nos ensucia y avergüenza, pero que también nos impulsa y nos llena de vida y energía. Como la maga e iniciadora que es, esta dama de La Fuerza será la encargada de introducir y guiar a nuestro héroe a través de los oscuros pasadizos de su hasta ahora tan temido y reprimido universo interior, aquel que El Carro relegaba, para centrar su energía en su mente y su voluntad consciente. Pero, ¿cómo lo hará? No cuenta más que con sí misma.

Por ello es que la vemos introduciendo confiadamente sus manos en la fauces de la fiera. No podríamos decir si está avanzando o retrocediendo, si está tratando de abrir o cerrar la boca del león, si lo está acariciando o palmeando, si le está dando de comer, parecería que le estuviese hablando en su propio lenguaje. Podríamos preguntarnos ahora a que obedece el nombre de este arcano. A la fuerza de quien se está refiriendo. ¿Será a la del león, salvaje, cruel, instintiva o a la seguridad y fuerza interior de esta dama? En definitiva poco importa a quién se refiere, pues lo cierto es que ambos trasmiten una mutua armonía, como si danzaran al son de una melodía que ambos comprenden, melodía que emana de una esencia que es compartida por ambos, melodía que cada uno de nosotros podemos crear si nos abocamos a la tarea de contactar, lenta, cuidadosa y amorosamente con nuestra propia fiera interior.

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 74, Año 8, Agosto del 2001

EL COLGADO

Cuando era pequeña, no me gustaba ir al circo. Me aturdía la música estridente, el parloteo incesante de la platea, me daba pena ver a los animales privados de su libertad, enjaulados u obligados a repetir in eternum rutinas creadas para entretener al público, adivinaba la tristeza oculta tras el maquillaje de los payasos. Pero sin embargo, esperaba ansiosa la aparición de los equilibristas. Cuando ellos aparecían, me erguía en mi asiento, dispuesta a no perderme ni un segundo de su actuación, con la mirada fija atenta a todos sus movimientos, contenía la respiración al tiempo que redoblaban los tambores y ellos volaban por el aire para pasar de una cuerda a otra. De pronto los veía colgar cabeza abajo, con las piernas enganchadas en la barra de un ligero columpio, que suspendido a gran altura se balanceaba a veces rápida otras lentamente. Temía cayeran a la arena del ruedo y siempre me preguntaba que sentirían con eso de estar cabeza abajo. La primera vez que vi a El Colgado de El Tarot, vinieron a mi memoria esas vivencias de la infancia y la antigua pregunta "¿Qué sentirían al estar cabeza abajo?" "¿Les dolería el cuerpo?" "¿Sentirían la cabeza más pesada?" "¿Sería placentera y descansada esa postura?". Estas preguntas y muchas otras son más antiguas de lo que parecen, pues ya los viejos alquimistas, en su búsqueda del despertar espiritual se preguntaban si la postura invertida no serviría para el logro del mismo.

Planteada así, esta teoría parece muy tonta, pero lo cierto es que El Colgado, como el resto de los arcanos de El Tarot, es un símbolo. Si nos detenemos en su imagen, veremos que cuelga con las piernas cruzadas y las manos atadas a su espalda, de un árbol que hunde sus raíces muy profundamente en la tierra.

En algunos Tarots el árbol de El Colgado tiene la forma de la letra"T", que se podría asimilar a la parte inferior de la cruz ansata, el símbolo egipcio de la vida. En otros es una horca sostenida por dos árboles que presentan sus ramas podadas, ramas podadas que indican una muerte pero también la posibilidad de un renacimiento a una consciencia más elevada. En estos Tarots parecería que El Colgado estuviera encerrado en un ataúd, a la espera de este nuevo nacimiento, y abajo, entre las raíces de estos árboles podados corren las aguas subterráneas que le darán una nueva vida.. Su cabeza cuelga un poco por debajo del nivel de la tierra de donde nacen los árboles, como queriendo contactar con esta corriente vital. Está sólo e indefenso, como a merced de las circunstancias, no puede hacer otra cosa más que seguir colgado y esperar. Obviamente esta situación es una dura prueba y nos hace pensar en todos aquellos ritos de pasaje o de iniciación, a los que desde la antigüedad, eran sometidos los discípulos de las escuelas iniciáticas. Para los egipcios estos ritos eran llevados a cabo en el interior de las pirámides, bajo el más estricto de los secretos; en otras culturas ellos consistían en pasar una noche en una cueva o en un bosque tenebroso, donde podrían acechar infinidad de peligros. Para otros la prueba consistía en enfrentarse a una fiera asesina sin más armas que sus propias manos, etc. Pero en todas ellas el objetivo era el mismo, enfrentar la posibilidad de una muerte sin más ayuda que la propia fortaleza interior. Sin llegar al extremo es estas difíciles pruebas, cuantos de nosotros hoy en día podemos decir que no nos hemos sentido en algún momento de nuestras vidas como El Colgado.

Cualquier circunstancia de nuestro cotidiano vivir, la pérdida de un trabajo importante, la muerte de un ser querido, un divorcio, una quiebra económica y tantas otras situaciones pueden hacernos sentir que nos quitaron el piso sobre el que tranquilamente caminábamos, y que ahora estamos suspendidos en el vacío, sin energía y sin fuerzas, librados a lo que el destino decida. Si pudiéramos dejar de lamentarnos y de preguntarnos obsesivamente:"¿Porqué me sucedió esto a mí?" "¿Qué hice yo para merecer esto? Si pudiéramos atravesar el dolor, la angustia, el sufrimiento, que tal situación trae aparejada y dejarnos estar así, simplemente colgados, hasta que nuestra respiración se aquiete, se vuelva más lenta, profunda y rítmica, sentiríamos como una nueva energía va llenando nuestro cuerpo, nuestro corazón y nuestra mente. Nueva energía que nos llevará a hacernos la verdadera pregunta: "¿Para qué me sucedió esto?" "¿Qué tengo que aprender de esta situación?. Para entonces es probable que comencemos a disfrutar de esta posición de estar colgados, que nos llevará a poder ver al mundo, sus circunstancias y a nosotros mismos de otra manera, desde otro lugar. Veremos entonces que El Colgado está sonriendo, que en realidad no está tratando desesperadamente de desatarse, sino que está bailando una alegre danza, acompañado por una melodía que surge de su propio centro recién descubierto.

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 75, Año 8, Septiembre del 2001

LA MUERTE

En este camino que El Tarot nos muestra, camino que no es otro que el que nos lleva al conocimiento del Si Mismo, inmediatamente después de El Colgado, llega el arcano número XIII, La Muerte. No es azarosa ésta, su ubicación en la serie. Como recordarán El Colgado permanecía suspendido de un árbol cabeza abajo y por debajo de él corría el agua de la vida. Ahora, La Muerte nos indica el preciso momento en que nuestro colgado renuncia definitivamente a sus antiguas costumbres , creencias, estructuras, para caer hecho pedazos sobre la tierra fértil, que lo hará crecer hacia un nuevo estado de conciencia.

Para la cultura popular, el número trece trae mala suerte, posiblemente porque se lo relaciona con Judas, el decimotercer invitado a la Ultima Cena, invitado que generó traición y muerte, pero también resurrección. El número de La Muerte, el trece, rompe la perfección, armonía y elegancia del doce, número que conectábamos con los doce meses del año, las doce tribus de Israel, los doce signos del Zodíaco. Al romper este orden conocido, nos trae un cambio, nos introduce en una realidad distinta, que puede confundirnos y desorientarnos al comienzo, pero que es vital, creativa y llena de nuevas posibilidades. Como otros arcanos de El Tarot, La Muerte también nos habla de polaridad, pero su manera de mostrarla es muy particular y sutil. Su nombre es femenino, pero la imagen que la representa, al menos en los diseños más antiguos y tradicionales, es un esqueleto (masculino), blandiendo una guadaña manchada con la sangre de los cuerpos desmembrados a sus pies. Pero no es casual que las cabezas, las manos, los pies, hayan caído sobre la tierra. En realidad han sido cuidadosamente sembrados, y los veremos luego renacer, más felices y evolucionados en El Juicio. Ese esqueleto nos está pidiendo que descubramos nuestra verdad interior, que descubramos nuestro verdadero ser, que nos despojemos de ropajes y máscaras innecesarias, de nuestra piel y nuestra carne, si fuera necesario, para mostrar nuestros huesos pelados, nuestra verdad desnuda hasta llegar a nuestra esencia, aquella que no muere, sino que evoluciona hacia un nuevo nivel de entendimiento, comprensión y sabiduría. Es cierto que su diseño impresiona y asusta, no puedo dejar de sonreirme al visualizar a muchos consultantes que ante su aparición en una lectura abren muy grandes sus ojos, se ponen pálidos, transpiran, se revuelven en sus sillas, para luego preguntar con voz queda, ronca o entrecortada "¿Me voy a morir?" Más allá de su verdadero significado, el de cambio y transformación tanto a niveles psíquicos como espirituales, lo cierto es que el Arcano XIII podría también, en algunos casos, indicar una muerte física. Pero no menos cierto es también, la sobrecarga de dolor, temor y espanto que nosotros humanos, sentimos ante su presencia.

Nos horrorizamos ante las terribles muertes colectivas, ya sean naturales o provocadas por nuestras propias manos de humanos enfrentados por odios ancestrales o por deseos de poder todavía no trascendidos; lloramos desconsoladamente ante la muerte de un ser querido y ni siquiera nos atrevemos a pensar en nuestra propia muerte, como si nunca nos fuera a ocurrir. Pero desde el momento que nacemos, lo único que realmente sabemos, inconscientemente tal vez, es que algún día moriremos, lo que no sabemos es que nos sucederá entre un momento y otro.

Y quizás sea ésta , su condición de circunstancia única, inexorable e imprevisible, lo que nos genera tanto temor, al punto de negarnos a pensar en ella, en el cómo, cuando, donde y porqué La Parca nos vendrá a buscar. Si pudiéramos comprender que nuestro cotidiano vivir está sembrado de pequeñas muertes y renacimientos, que decir Naturaleza es decir Vida-Muerte-Vida, que nosotros como seres humanos formamos parte de ésta, su rueda sin fin, podríamos tal vez, aceptar más humildemente la idea de nuestra propia muerte como un acontecer natural de nuestra vida, ya no nos produciría tanto espanto. Pintores, escultores, músicos, poetas de todas las épocas y culturas han rendido honores a La Muerte, se han conectado profundamente con su esencia y han volcado en sus obras de arte todo el sufrimiento, el dolor y el amor que la misma genera. Quizás nosotros hoy podamos cantar como León Gieco "Sólo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente... que la reseca Muerte no me encuentre vacío y solo sin haber hecho lo suficiente...".

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 76, Año 8, Octubre del 2001

LA TEMPLANZA

Y después de La Muerte llega El Ángel. Luego del impacto que la primera generara, La Templanza trae paz, calma, armonía. En algunos tarots este arcano lleva el nombre de El Alquimista. Si hacemos un poco de memoria La Alquimia buscaba transformar el plomo en oro, proponía que toda materia, a través de procesos de combustión, destilación, separación y purificación, podía desprenderse de todos los elementos innobles, hasta encontrar su más fina esencia. Sabemos también que esto que se producía en los alambiques y retortas del laboratorio del alquimista era la manifestación externa de su propio proceso interior de limpieza, purificación y transformación.

El Tarot también, a través de sus arcanos llenos de simbolismo, nos muestra este proceso. Como recordarán al iniciar nuestro camino por los arcanos; dejando de lado a El Loco, quien nos representaba, habíamos dividido el resto en tres grupos de siete. Así como el primer ciclo nos hablaba de nuestra conciencia y preocupaciones de la vida en sociedad, el segundo hacía referencia al recorrido interior hacia el encuentro con el Sí Mismo.

La Templanza cierra esta segunda serie de siete y nos prepara para un nuevo salto evolutivo, aquel que nos llevará desde este mundo interior nuevamente hacia la luz de la conciencia, pero será ya una realidad distinta, despojada de las falsa ilusiones de nuestro ego. En el primer grupo de arcanos habíamos encontrado figuras poderosas, casi todas ellas nos miraban estáticas ocupando todo el escenario de la carta. En el segundo grupo, en cambio, lo que prevalece es el movimiento. En La Justicia, que inicia la serie, si bien ella está quieta, el movimiento viene sugerido por la balanza que sostiene en su mano.

El Ermitaño recorre su camino guiado por su luz. La Rueda de la Fortuna gira a perpetuidad, La Fuerza avanza y retrocede jugando con el león, El Colgado se columpia en su horca. La Muerte danza blandiendo su guadaña, mientras inclina su cabeza invitándonos a conocer a La Templanza. Ella sencillamente aparece ante nosotros sin el brillo, el ruido o la urgencia de otros ángeles, como el de Los Enamorados o el de El Juicio, como si siempre hubiera estado allí, para nosotros. En ella también todo nos sugiere movimiento: los graciosos pliegues de su túnica, sus alas desplegadas, la posición de sus brazos sosteniendo las copas. Pero ¿ cual es la danza que baila este angelito? No es otra que la eterna danza de los opuestos. Su nombre Templanza significa "moderar", "combinar adecuadamente" "mezclar".

Uno de sus pies está apoyado en la tierra de la realidad concreta y el otro se sumerge en las aguas del inconsciente; el sugerido aletear de sus alas parecen traernos el aire de la energía divina a nuestro mundo cotidiano. En algunos tarots uno de sus cántaros es plateado como la luna y el otro dorado como el sol, en otros uno es rojo y el otro azul. Sean cuales sean sus colores remiten a los opuestos: consciente e inconsciente, fuego y agua, espíritu y materia, masculino y femenino, realidad exterior y conciencia interior. En ésta, su tarea de trasvasar el agua, o quizás deberíamos decir energía, de uno a otro cántaro, el angelito está buscando la adecuada combinación de estos opuestos para que se manifiesten en nuestra vida. Luego de la terrible experiencia de ruptura, destrucción y desmembramiento que vivimos con La Muerte, justamente su misión es la de ayudarnos a reunir los miembros que la primera sembrara sobre la tierra, para conectarnos con la vida de una manera más libre, fluida y auténtica, autenticidad derivada de la armónica relación entre nuestro ser interior y el devenir exterior, habiéndonos desprendido del ego que otrora construyéramos sobre costumbres y normas impuestas. Quizás La Templanza siempre ha estado allí, esperando la descubriéramos. Como nuestro Ángel Guardián nos brinda amor, protección, paciencia, fe, nos habla de encontrar la justa medida, la situación adecuada, el momento propicio y tal vez deberíamos cantarle como cuando éramos niños:" Ángel de la Guarda, dulce compañía, no me abandones ni de noche ni de día".

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 78, Año 8, Diciembre del 2001

EL DIABLO

Qué tenebroso parece, ¿verdad?. ¿Será tal vez por el fondo oscuro?. La sola mención de su nombre produce un cierto temor e inquietud. Pero su presencia nos remite otra vez al eterno juego de polaridades que El Tarot nos enseña. Hasta aquí, sus anteriores compañeros de ruta eran claros, diáfanos, amables, sus aspectos oscuros o negativos aparecían sólo cuando se desequilibraba su energía. Contrariamente en El Diablo, están allí, sin anestesia ni aviso previo, nos regala con su sola presencia toda la oscuridad que los demás no se atrevían a mostrar.

Podríamos preguntarnos si esto era necesario a esta altura de nuestro viaje. La respuesta es sí, prácticamente todas las culturas y religiones hablan de luz y oscuridad, de dioses benéficos y otros maléficos, de la eterna lucha entre el Bien y el Mal. Recordemos aquello de "para tocar el cielo con las manos primero hay que hundir los pies en el Infierno", en nuestro propio infierno personal. Este es el desafío que El Diablo nos plantea. Una ligera mirada a su imagen nos muestra un extraño ser mezcla de humano y animal, todo en ella nos remite a las tantas representaciones de dioses de la oscuridad de infinitas culturas paganas.

En algunos Tarots tiene cuernos de carnero, alas de murciélago, pezuñas de cabra o garras de ave de rapiña; si bien se lo define como masculino su torso es femenino, quizás sea sólo para ocultar su gran crueldad interior. Es en suma una representación de confusión, caos, ambigüedad. Si lo observamos más detenidamente veremos que a pesar de todo esto, su imagen guarda una estrecha relación con la de sus compañeros. Su figura sentada nos recuerda a El Emperador, pero mientras que el trono de éste es un cubo perfecto, como representación de la perfección de la Naturaleza, El Diablo en cambio descansa sobre un sitial triangular o rectangular y más aún, a veces se trata de un caldero hirviente. Sus brazos extendidos imitan a El Mago, pero mientras éste alza hacia el cielo su varita para tomar contacto con la energía divina, El Diablo esgrime descuidadamente una espada, apuntando hacia la tierra, como representación de la destrucción, el crimen, la violencia indiscriminada y descontrolada. El Sumo Sacerdote mostraba una cruz en la palma de su mano semicerrada, El Diablo luce su palma totalmente abierta con el símbolo de Saturno dibujado en ella, Saturno que tradicionalmente se ve asociado con limitación, dolor, restricción. Con sus dedos extendidos El Papa nos bendecía, mientras que los otros tres dedos, doblados sobre su palma esconden un misterio que permanece celosamente guardado para nosotros.

El Diablo con su mano totalmente abierta parece decirnos que no hay otra cosa más allá de lo que nuestros sentidos pueden abarcar, que no hay misterio, que no hay nada oculto. En muchos Tarots, El Diablo mantiene encadenada a una pareja humana, como símbolo de la poderosa atracción de la energía sexual. No es desconocido el hecho de que muchas escuelas espirituales y ocultistas consideran que la energía sexual y la espiritual son una y la misma. No hace falta entrar en detalles para explicar la enorme importancia de la sexualidad en nuestra vida cotidiana.

No debería asombrarnos entonces, como esas mismas escuelas ocultistas tratan de alcanzar la Iluminación o el Nirvana (como algunas la llaman) a través de la elevación y sutilización de esta misma energía sexual. El Diablo nos confunde, nos engaña, nos oprime, parece decirnos que no hay otra cosa más que lo material, que muchas veces relacionamos sólo con el dinero, pero que comprende también todos nuestros deseos, tanto los económicos, como los de índole sexual y también los vinculados con el uso del poder. Nos tiende su manto de engaño, haciéndonos olvidar la dimensión espiritual de nuestro ser, creando infelicidad, depresión, frustración, obsesión, insatisfacción, nos hace perder el rumbo, trastocando el sentido de nuestros valores y el propósito de nuestra existencia. Hace surgir nuestros deseos, ambiciones y vicios más oscuros, nuestra lujuria, avaricia, soberbia y tantos otros más, nos hace caer en un mundo desenfrenado y caótico. Sin embargo este caos es también fuente de una gran vitalidad, de una tremenda energía creativa, que está allí a nuestra disposición, para ser utilizada.

Seremos nosotros, desde nuestra consciencia superior, quienes debemos elegir entre dejar que esta energía desmesurada gobierne nuestra vida y nos transfome en sus esclavos, o bien la dominaremos, y pondremos esta poderosa creatividad y fuente de vitalidad a nuestro servicio y de los demás para cumplir con los más elevados fines.

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 79, Año 9, Marzo del 2002

LA TORRE

Descripción y su simbolismo: Veamos juntos los elementos de la imagen: Primero: el nombre "La Torre". ¿Qué es una torre?. Es una edificación, algo humano hecho con un fin. ¿Cuál es el fin de una Torre?. Permite vivir en su interior, nos protege de los otros, nos da seguridad, nos permite ver desde lo alto. Ahí dentro nos sentimos fortificados, y finalmente y quizás el problema mayor: nos hace creer que podemos, elevándonos sobre nuestras posesiones materiales, acercarnos a Dios.

DESCRIPCION DE LA EDIFICACIÓN Esta Torre está construida de modo circular, con ladrillos color marrón. Es una Torre firme y poderosa. Ningún humano podría destruirla.

LOS LADRILLOS Estos ladrillos, que uno por uno y colocados de manera adecuada han permitido construir semejante edificio, tienen un color similar a la carne, mostrando que es una torre llena de vida. Cada ladrillo representa, en un nivel físico, a cada una de las células, a los tejidos, y los órganos que forman nuestro cuerpo físico. Es el edificio en el cual nuestra Alma habita. La Torre ha sido llamada la Casa de Dios, pues cada uno de nosotros, como hijos de Dios, la usamos de habitación durante nuestra estadía en el planeta. También ha sido llamada La Prisión, por aquellos que consideran al cuerpo humano, como una "prisión del espíritu" de la cual deben escapar. En un nivel más alto de comprensión, la torre simboliza a toda una sociedad, en la cual cada uno de nosotros es una célula que se integra, buscando formar parte del todo, como un ladrillo más.

La Torre tiene cuatro aberturas: una puerta y tres ventanas.

Los ladrillos que rodean las aberturas son de color rojo, pues por estas aberturas ingresan los estímulos que afectan nuestras pasiones: ya sea a nivel físico, emocional, mental, y espiritual. En estos sectores la vida se manifiesta con mayor actividad y exige en consecuencia un mayor control para encausarla correctamente y evitar que nos desborde. La puerta de acceso a la torre está abierta, permitiendo que todo lo que se halle al nivel de la tierra entre por ella. Esa parte inferior, accesible sin necesidad de esfuerzo, corresponde a las nociones básicas del ser humano, a lo más primitivo que existe en nosotros y nos relaciona con el entorno, con el mundo circundante de un modo directo, natural. Es el nivel de las necesidades corporales. Subiendo dentro de la Torre llegaremos al primer piso. Consta de dos ventanas que lo iluminan y conectan con el exterior. Desde este nivel la visión puede llegar más lejos. No estamos limitados por el mundo que podemos "tocar", "oler" "saborear", sino aquel que podemos "ver", "intuir". La ventana derecha pertenece al dominio de la Razón.

Esta ventana, de la conciencia, acumula la experiencia y el conocimiento. Por ella se incorpora la ciencia, que se constituye por el análisis, síntesis y acumulación de los frutos de la experiencia de la humanidad. En esta habitación entra la luz del razonamiento. El "cógito ergo sum" de Descartes. Desde este lugar, el hombre que lleva una corona, el Rey de la Torre, observaba la vida. La otra ventana, la izquierda, pertenece al reino de la intuición y de la creatividad, reino de lo emocional y de las pasiones. Desde aquí observaba el otro habitante vestido de rojo, símbolo de la actividad, de la vida. Él ha utilizado la energía necesaria para construir la Torre, y podemos ver en la imagen como un ladrillo de su propia obra, cayendo sobre su nuca, lo mata. Existe otro piso, al que pocos llegan, allí iluminado por una única ventana central. Es la ventana que nos comunica con la fe, desde este lugar superando el piso inferior del mundo dual, se busca encontrar la síntesis, la unidad entre la diversidad del mundo aparente. Esta es la morada del Ser Superior, del espíritu que está en nosotros; en esta habitación duerme desde hace mucho y no ha despertado aún. Finalmente la Torre tiene en su parte superior una terraza almenada o corona de Oro. Desde dicha terraza, el Rey de la Torre, el Ego, podía mirar desde "lo alto", a los que estaban más abajo, y sentirse más cerca del cielo.

 

Dicha terraza se está derrumbando. Esta terraza es la fuerza de voluntad terrestre, aquello que orientó las fuerzas del constructor, así construyó un edificio, en base a su voluntad personal, no con los planos de la voluntad divina. Cuando llega a esta terraza, el Rey de la Torre se cree superior, ya no se siente hijo de Dios. Él se cree el Dios. No hay nada superior a la creación. Él ha construido esa maravillosa torre. Está orgulloso de su creación que lo eleva por sobre los demás. De este modo ha construido una Torre que se acerca peligrosamente al cielo. ¿Cómo no percibió lo que cualquier alpinista sabe cuando sube a lo alto de las montañas?: las cimas atraen al rayo.

¿CON QUE HA UNIDO LOS MATERIALES? La energía que une a los ladrillos de la torre es una misteriosa fuerza de atracción y construcción que rige a toda la vida, pero la ha mezclado con el orgullo, egoísmo y la ambición. Se siente orgulloso de su obra material, la quiere para sí, le da protección, lo separa de los otros que ve como sus enemigos. Y ha utilizado la ambición para acercarse a Dios a través de lo material. Con esta amalgama a unido sus ladrillos. Así ha cristalizado su vida, quedado atrapado en su propia obra.

¿QUE PLANOS HA UTILIZADO? Para realizarla, ha utilizado los planos del mundo material, de los valores personales, confundiendo medios y fines. Por eso se identifica con su Obra, en vez de ponerla al servicio de nuestro Ser espiritual. Como ha construido sobre el error y la ignorancia, ha creado una estructura que lo aprisiona, de ahí que a la Torre se la llame La Prisión. Ha buscado separarse de otros y lo ha logrado, la torre lo separa y protege. Ha creado muros de conceptos o ideas preconcebidas que lo limitan. Así irá construyendo, con planos equivocados, y ladrillo por ladrillo, su torre. Su cuerpo físico, su cuerpo emocional, su cuerpo mental. Ese mismo principio lo manifestará en lo exterior, construyendo en lo económico grandes empresas materiales. En lo social haciendo sociedades, creando vínculos que lo opriman. Así este edificio, que no respeta los planos de construcción dictados desde lo alto, podría convertirse en otra Torre de Babel, y éste es otro de los nombres que se le da a esta carta.

IDENTIFICACION CON LA TORRE Durante esta etapa estará totalmente identificado con lo material. Hemos dicho, que como hijos de Dios, la usamos de morada, ¿por qué entonces nos identificamos con la torre, con la construcción del edificio?. ¿Por qué creemos "ser la Torre", en vez de ver que es una construcción a nuestro servicio?. ¿Por qué confundir lo divino que está en nosotros, con lo exterior, llegando a divinizar la Torre?. ¿Por qué confundir el templo, con el sacerdote que lo habita?. Es que el hombre está dormido. Su verdadero Ser todavía no se ha despertado. La Torre representa al Ser humano que ha ingresado al mundo material, y que desconociendo el fin superior que lo ha traído al planeta, se limita a actuar dentro del mundo físico, para transformarlo. Así, al perder conciencia de su verdadero Ser, su vida se pierde en la edificación de construcciones materiales. Que esté dormido, le da la posibilidad de despertar, para en vez de padecer esta vida de dualidad que se le presenta como trabajo agotador, pueda convertirse en partícipe alegre de la Gran Obra. Esa Obra que el creador ha puesto en cada uno de nosotros, para volver hacia la divinidad. ¿Cómo despertará ese hombre?.

EL LLAMADO Este hombre durante la construcción ha ignorado los suaves llamados de Dios, que buscaba orientarlo en la obra. Ahora Dios ante la obra finalizada, se hará presente de un modo más poderoso, el llamado será perentorio, tendrá la forma de Rayo fulminante. Él lo estará convocando para el trabajo de transmutación. El hombre dormido deberá dejar esa Torre, para poder construir otra, bajo otros planos de edificación de nivel superior. El llamado, en forma de Rayo Destructor, se produce durante la noche. Ha terminado el día para el constructor, la obra ha sido finalizada, y en el medio de la noche de la vida, aparecerá el Sol, que con su rayo destruirá la torre.

El Sol simboliza a Dios. Esa visión espiritual, que proviene del Centro del Universo, que nos hace ver la verdad "clara y distinta" y nos aleja de las sombras y de la oscuridad. A su vez simboliza al Dios que habita en nosotros. Al hombre que despierta de golpe, por efecto de la luz divina que tiene en su interior. El razonamiento ya no será nuestro Rey. Existen entonces dos niveles de interpretación que hablan de lo mismo. Algo superior a nuestros designios terrestres. Indudablemente son fuerzas del cielo y no de la tierra. Es algo superior que nos obligará a un profundo cambio. A abandonar nuestra Torre, para comenzar de nuevo. Los que caen son aquellos que participaron en la construcción. Uno, que se creía "El Rey de la creación" y otro que participó con todas sus fuerzas en la obra terrestre. Ellos no podrán ser los Arquitectos del nuevo edificio, deberán someterse al Ser Superior.

LA NUEVA CONSTRUCCION La Torre está edificada sobre una tierra fértil. Será necesario que sus habitantes vuelvan a ella a través de la caída. Pero alguien ha muerto. ¿Quién ha muerto?. Ha fallecido un modo de actuar sujeto a las pasiones, que se consideraba a igual nivel que el razonamiento, y no sujeto a una voluntad superior. Ahora podrá volver a nacer bajo un nuevo modo de sentir, de vivir. Si los habitantes de la Torre han comprendido y evolucionado, se habrán sometido a su Ser Superior. Ahora bajo su dirección, siguiendo las instrucciones de planos nuevos y aplicando las reglas del arte, volverán a crear, a generar, a fertilizar la tierra. De este modo obtendrán frutos acorde a lo plantado. Si los habitantes de la Torre no han comprendido ni evolucionado, vivirán la experiencia como una catástrofe, una desgracia. El Ser superior seguirá dormido. Si les quedan fuerzas tratarán de volver a edificar, con los mismos materiales y planos una torre similar a la destruida. Si en cambio, por carecer de la energía suficiente, "bajan los brazos" vivirán una vida de lamentos, de quiebra material y espiritual. Se considerarán víctimas del destino cruel. Hemos concluido con uno de los niveles de explicación de este arcano, existe otro, que dejaremos para más adelante. Ahora nos queda una pregunta: ¿cuáles son los planos y cuáles los materiales que estás utilizando para construir tu Torre?.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon

Revista Crecimiento Interior Nº 82, Septiembre del 2003

LAS ESTRELLAS

Descripción y su simbolismo: Dicen que en los 22 arcanos mayores del Tarot está oculto todo el saber de la Biblioteca de Alejandría. Dicen que, a partir de estas cartas, es factible ir descubriendo de a poco el Gran Saber Universal. Dicen que en cada una de ellas está contenido un sector de esta sabiduría, y que en su conjunto forman un sistema cerrado que contiene todo el conocimiento.

Cada carta agrupa entonces un ramillete de información, y que al utilizarla correctamente disparará en nosotros una forma de conocimiento revelador. Que al observar el arcano, éste se puede convertir en una especie de pantalla de televisión, que comenzará a emitir imágenes portadoras de un conocimiento necesario para el consultante.

¿De dónde proviene ese conocimiento? Algunos afirman que proviene de nuestro interior. Otros dicen que proviene de lo "superior", de un lugar externo a nosotros. Que los naipes son simplemente un medio para generar esa conexión. ¿La carta que analizaremos nos invita a acceder al conocimiento?. Sí, pero no a cualquier conocimiento. Sabemos que existen diversos conocimientos, y que son accesibles por variados medios, pues existen muchas fuentes de donde beber. Sabemos de la existencia del conocimiento exotérico, ese que se encuentra disponible fácilmente para toda la sociedad. También sabemos del otro conocimiento, del oculto, del esotérico, sólo accesible aparentemente para los iniciados en los misterios.

Pero de lo que trata este Arcano no proviene de ninguna de esas dos fuentes, proviene de otra parte. Como dijimos no se trata del conocimiento externo, aquel que se accede a través de los sentidos físicos. Así queda descartado al conocimiento exotérico, y la información que proviene de otros medios físicos tradicionales. Tampoco se trata de "razonar" información. Descartaremos entonces también a nuestra mente consciente. ¿Dónde buscarlo entonces?. Un grupo afirma que se trata de una búsqueda en nuestro interior. Enseñan que en lo profundo de nuestra Psique se encuentra toda la información necesaria.

Dentro de esta línea encontramos a Freud con el Inconsciente, y a Jung con el inconsciente colectivo y sus Arquetipos. Otro grupo nos dirá que el saber que proviene del Estudio de la Carta natal (Astrología), nos indicará nuestro camino en la vida. Para otros se trata de acceder a seres superiores, a Dioses, que desean comunicarse con nosotros. Ellos utilizarán medios como los oráculos, o los sueños para acceder a ellos. Otros hablan de los Archivos Akásicos, una información colocada en algún lugar del "espacio" estelar, disponible para aquel que pueda sintonizar con dichos archivos. En cualquiera de los casos se trata indudablemente de un medio de acceder a un conocimiento hasta ese momento oculto para nosotros.

El Arcano "Las Estrellas" nos hará penetrar en ese mundo de saber. Esta carta, nos pide que busquemos ese saber. Nos está pidiendo que quitemos nuestro interés del mundo exterior, para centrarnos en nuestro mundo interior. Que busquemos dentro nuestro las respuestas, la fuerza. Que cerremos las puertas y ventanas que nos comunican con el exterior de nuestro ser. Nos pide entonces que busquemos un "saber", pero... ¿saber para qué?. Recordemos que la carta anterior, la número XVI, "La Torre", se refiere a una caída, originada en haber pretendido construir un edificio sin seguir los planos del gran constructor del universo, que a través de las estrellas nos indicaba el modo correcto de construcción. La Carta de Las Estrellas nos expresa que ha llegado el momento de buscar acceder a estos Planos provenientes del cielo, como muchos sabios lo hicieron en la antigüedad. Este conocimiento de los planos para hacer el edificio, nos recuerda el Templo de Jerusalén, construido por el Rey Salomón siguiendo expresamente los planos que habían recibido desde el Cielo. Dentro del Templo se encontraba el Arca de la Alianza, donde se guardaron las Tablas de la Ley. Las tablas que habían sido entregadas por Dios a Moisés. En estas Tablas estaban grabados los Diez Mandamientos, como guía de vida proveniente del cielo para los humanos. Adelantemos que en esta Carta además del simbolismo de las estrellas indicando el eje que debe guiar nuestra búsqueda de significado, aparece la imagen del ramillete de Acacia; y que de madera de Acacia estaba construida el Arca de la Alianza guardada en el Templo. Es asombroso cuánto conocimiento puede contener una "simple" imagen.

DESCRIPCIÓN Y SIMBOLISMO: Veamos juntos los elementos de la imagen. Primero: el nombre "Las estrellas". ¿Qué significan las estrellas?. Desde la antigüedad el hombre ha mirado el cielo buscando comprenderlas. Les ha atribuido muchos significados. Los astrólogos afirman que de acuerdo a la posición de determinadas estrellas en el momento del nacimiento será el carácter, la personalidad, y el modo de vida de la persona. Aún los más incrédulos, utilizan la posición de la Luna para saber el movimiento de las mareas. Simbolismo: Vamos a analizar ahora los elementos de la imagen. - Una muchacha desnuda dulce y bella, de rodillas junto al agua. - Ella vierte el contenido preciado de sus dos ánforas. - El riego constante mantiene la vegetación. - Un estanque y un terreno fértil. - Un ramo de acacia. - Una rosa abierta. - Una mariposa. - Ocho estrellas.

¿QUÉ REPRESENTA LA MUJER DESNUDA? Se ha interpretado de diversos modos, han podido ver en esta joven desnuda a: - Una virgen, y en este caso se refiere a una mujer inmaculada, que busca tomar el conocimiento de lo superior, contenido en las estrellas, para verterlo, sin contaminarlo, en la tierra. - A Venus, que representa el amor, la belleza en la mejor de sus formas, y por lo tanto al sentimiento estético. - A Sofía, y con ello a la sabiduría. - A la Diosa Hathor, que nutre todo lo creado. - La mujer consoladora que reanima al hombre agobiado por las luchas de la existencia. - Eva a quien se le anuncia el Redentor. ¿Por qué desnuda? Su desnudez índica pureza. La desnudez como entrega a lo superior, y recupero de la naturalidad más allá de la cultura. La joven desnuda alude a la inocencia. Como decíamos más arriba, esta desnudez hace referencia a lo inmaculado. ¿Por qué de rodillas? Además, de lo obvio, pues es una posición cómoda para la tarea, implica un acercamiento a aquello que nutre. Un acercamiento a La Naturaleza. No lo hace desde la distancia de aquel que está parado, erguido; sino que implica una posición de integración con lo inferior, lo terreno. Una posición que le permitirá, utilizando el conocimiento y la energía de las estrellas, hacer de nexo con lo terrenal que debe nutrir con los líquidos de las ánforas.

LAS ANFORAS. ¿Qué vierten?. Una ánfora es de Oro: que contiene un líquido ardiente, inagotable, vivificador del agua estancada. Esta ánfora sostenida con la mano derecha implica la fuerza de lo que los chinos denominan Yang. De este modo esta energía positiva nutrirá el agua del estanque. Esta energía solar, masculina, entrará en las aguas. Recordemos que las aguas son también el reino del inconsciente, de lo oculto. Por lo tanto nos invita a entrar en lo más profundo de nosotros. Con la energía y las indicaciones provenientes de las estrellas, entraremos en nuestro interior en búsqueda de "nuestra verdad", de "nuestro conocimiento". La otra ánfora de plata, sostenida con la mano izquierda, vierte sobre la tierra árida un agua fresca y fertilizante, inagotable. Esta mano representa la energía Yin, pasiva, lunar. Y así aquí nos indica que a lo sólido y terrenal representado por la tierra, es necesario nutrirlo con la energía complementaria, la lunar. La imagen en conjunto muestra cómo la muchacha hace de nexo entre lo superior a nosotros y lo inferior, lo terreno. Las ánforas son las que crean la circulación de las energías superiores hacia el reino inferior. Traen con ellas los "códigos" que permitirán dar indicaciones precisas de cómo crear las formas en lo material. Sabemos que en la Bellota está contenida toda la información para construir un poderoso Roble. ¿De dónde viene ese conocimiento, y con qué energía se nutre esa Bellota?. Esta carta nos puede ayudar a saberlo. Las ánforas entonces proveen la savia de la vida universal, esa savia que implica la vida dada a las criaturas.

EL NEXO ENTRE DOS MUNDOS La virgen a través de este acto se convierte en el alma que une lo espiritual con lo material, que nutre a todo lo creado. Mostrando el accionar del ciclo de la Naturaleza, el ciclo de la inmortalidad del universo que se manifiesta a través de la mortalidad de sus criaturas, que a nivel individual parecen nacer y morir, pero que a nivel de especie están siempre presentes a través del germen de su reproducción de ser en ser. La virgen, como humano, está realizando el nexo. Vivimos en un plano de dualidad, en el plano terreno, el plano de los opuestos, de las contradicciones, del Yin y el Yang. Sobre nosotros, sobre nuestras cabezas, hay un orden superior, permanente, un orden que muestra la coincidencia de los Opuestos. Ese orden superior de las estrellas queda oculto durante el día, durante la jornada de febril actividad, por la fulgurante luz del Sol que nos invita al trabajo diario. De este modo miramos hacia abajo para hacer nuestra tarea sobre el planeta. Pero las estrellas están ahí enviando permanentemente su energía, ¿o no lo vemos diariamente a través del influjo de la luna sobre las aguas?. Y no me refiero solamente a las mareas que podemos ver en las costas del mar, sino a las mareas que existen en el interior de nuestro cuerpo físico, compuesto por cerca de un setenta por ciento de agua, y sujeto por lo tanto a esta influencia. En este mundo de los opuestos, cuando el Sol "desaparece" del horizonte, llega el momento de la calma, de la oscuridad que invita al descanso, al sueño, al reposo reparador. Y en ese momento en donde parecería que nos retiramos del mundo hasta el día siguiente, en realidad nos retiramos de un mundo externo o solar, para ingresar a uno más rico en significados: el mundo interno o lunar. Ese es el reino de los sueños. Pero este tema será motivo de la segunda parte de la nota sobre este importante arcano, la cual será publicada el mes próximo. (publicado en la Revista Crecimiento Interior Nº 83, Octubre del 2003) Finalizaremos en este número con el Estudio del Arcano XVII, llamado "Las Estrellas". A tal fin entraremos en el mundo del dormir y el soñar.

El tema del durmiente que ingresa a un mundo distinto al de vigilia, ha sido tratado desde muy antiguo, y para nuestro análisis recordaremos los aspectos principales. Sabemos que al dejar el mundo de vigilia, dejamos al cuerpo físico "durmiendo" e ingresamos a otro mundo. De este modo en el proceso del dormir el cuerpo físico recuperará energías, nuestros sentidos físicos reposarán y nuestra mente podrá aquietarse. Para realizarlo perdemos contacto con el mundo físico. ¿pero que sucede en el otro mundo al cual nos hemos trasladado? Sobre esto no se sabe mucho. Es indudable que en este estado del ser nuestro espíritu no duerme. Para algunos entramos en contacto con nuestro mundo interno, para otros con mundos superiores. Los estudiosos, no pudiendo conocer qué sucede durante el sueño, se enfocaron al estudio de los efectos del dormir y a sus finalidades, así llegaron a diversas conclusiones, las que sumadas al saber popular ha creado diversas teorías de las finalidades del sueño. Para algunos el sueño permite conocer nuestras necesidades insatisfechas o negadas por nuestro ser consciente. Muchos hemos experimentado sueños en los cuales comemos si por algún motivo pasamos hambre. De este modo al soñar con comida tenemos la consolación, o el cumplimiento de este deseo de alimentarnos. Otros pudieron verificar que durante el soñar se han realizado descubrimientos o invenciones:

El creador de la aguja de coser, soñó la solución de su problema, viendo en su sueño a unos aborígenes con unas grandes lanzas que tenían un agujero en su extremo: así inventó la aguja de coser para la máquina de coser. Edison afimaba que realizaba sus invenciones durante sus "siestas". Escuchamos personas que cuando les proponemos algo importante nos contestan "lo consultaré con la almohada". Así cuando nos dormimos preocupados por una resolución que debemos tomar o un problema arduo que debemos resolver, a veces nos ocurre que al despertar tenemos una determinación tomada o concebimos como evidente una respuesta a la pregunta que nos atormentaba la víspera.

Otros han recibido información o influencias de otra persona. Existe el caso clásico de la madre que soñó en la primera guerra mundial con el hijo que le hablaba desde el campo de batalla y al día siguiente recibe la información de su muerte. Por otra parte desde la antigüedad fueron utilizados los sueños con fines clarividentes, en general sobre eventos que sucederían en el futuro. También se utilizaban como guía para la curación. Lo que un enfermo había soñado guiaba el diagnóstico del médico: en los templos de Esculapio, donde los suplicantes iban a dormir, el dios mostraba en sueños a los interesados el remedio apropiado para curarlos.

Finalmente se considera que el soñar es un medio para ponerse en contacto con otros planos o mundos: ya sea de dioses, del único Dios, de un mundo superior, de mi naturaleza inferior o de un mundo sobrenatural. Por lo tanto es indudable: - Que existe una información más allá de nuestra conciencia a la cual podemos acceder. - Que existe un emisor de un mensaje. - Que existe un medio por el cual se trasmite el mensaje: el sueño. - Y que existe un receptor del mensaje: el durmiente. Por lo tanto sea que la información provenga de nuestro interior, sea que provenga de Dioses o simplemente de otras personas, la realidad es que el Sueño es una fuente muy importante de información y es por ésto que este Arcano nos invita a darle una mayor importancia. El uso de Símbolos en los sueños Erich Fromm, manifiesta "que un sueño que no ha sido comprendido, es como una carta que no ha sido abierta". Recordemos entonces que muchas veces el sueño no expresa en forma clara su mensaje, en ese caso debemos entender que existe un simbolismo, y tal como sucede con los arcanos del Tarot, queda a cargo del intérprete entender el verdadero significado de dicho Sueño simbólico. ¿Y quien interpretará el sueño?. Por supuesto lo ideal es que la interpretación sea realizada por el propio soñante, él podrá encontrar el significado de los símbolos utilizados. En otros casos recurrirá a un experto que lo ayude a encontrar el mensaje, como la famosa interpretación que hizo José, según la Biblia, del sueño del Faraón. Siete vacas gordas, después de las cuales vendrían siete vacas flacas que se las comerían. ¿Por qué el mensaje del sueño se realiza a través de símbolos?. Pues es debido a la gran cantidad de información que se puede incluir en los mismos. De este modo en un sueño que a veces dura pocos minutos se puede enviar información que ocuparía decenas de páginas de texto.

La Acacia Volvamos un momento a la Acacia. En la leyenda de Hiram, esta planta lleva a descubrir la tumba del Maestro, poseedor de la tradición perdida. ¿Pero quién era Hiram?: pues el Aquitecto del Templo de Jerusalém. Así vemos que la Acacia no solo permitió descubrir su tumba, sino que también de Acacia estaba hecha el Arca de la Alianza, guardada en el Templo de Jerusalén. Templo para el cual fueron utilizados planos provenientes desde el cielo y ejecutados por Hiram.

La Mariposa y la Rosa Pasemos ahora a analizar el símbolo de La mariposa sobre la rosa: La mariposa conocida bajo el nombre de "Psique" significa "alma" en griego. Esa alma que al finalizar nuestra estadía en el planeta se alejará a otros mundos. De este modo el símbolo nos habla de una tranformación, como lo hace la mariposa al nacer y como lo hacemos nosotros cada noche al dejar el mundo de los vivos y entrar en el mundo de los sueños. El poeta chino, lo ha visto de este modo: "anoche soñé que era una mariposa, y ahora no sé si soy un hombre que ha soñado que era una mariposa, o una mariposa que esta ahora soñando que es un hombre". Esta mariposa se ha posado sobre la Rosa, pero sabe que no es la rosa, no se identifica con ella. Podrá disfrutrarla, pero está pronta a partir. Dejar lo terreno, lo efímero, dejar el cuerpo físico, volver al Cielo, a las Estrellas.

Las Estrellas Respecto al símbolo de las estrellas que encontramos en este arcano, veremos que son ocho, y esto nos remite a la octava carta del Tarot:

La justicia. ¿A que tipo de justicia se refiere?. No se trata de una justicia humana, sino la divina. Estas estrellas son las portadoras del mensaje de justicia que nosotros debemos ayudar a que se haga realidad en este mundo, para que la injusticia deje de reinar. Así trae un mensaje para todos los humanos y uno especial para cada uno de nosotros. Los astrólogos saben que la posición de las estrellas, al momento de nuestro nacimiento, contienen la información sobre nuestra vida, y cuál es el camino que debemos recorrer para cumplir nuestro destino.

Así cuando levantamos nuestra cabeza mirando al cielo buscando las respuestas a nuestras grandes dudas, ahí están las estrellas con su información, pero somos incapaces de entenderlas. Por esto este arcano nos indica que será en el sueño que lograremos develarlas. Así algunos sentirán que reciben entonces la iluminación mística, para ponerse al servicio de lo superior. Esto es lo que La joven desnuda, virgen de todo conocimiento, hace al ofrecerse como medio entre el mundo estelar y el terreno. Esta es la esperanza del mundo, el poder recuperar el canal de comunicación entre lo superior y lo inferior, que tantas fuerzas negativas tratan de obstaculizar. Maravillo el día que los humanos podamos llegar "físicamente", con nuestras creaciones, más cerca de las estrellas.

Dando gracias a Dios de habernos dado el conocimiento que nos permitió llegar. De otro modo, equivocadamente, podríamos creer que somos nosotros los humanos los que tenemos que llevar nuestro conocimiento hacia las estrellas, invirtiendo y negando el canal de luz que viene de lo alto. Las estrellas son el símbolo de la luz y de la energía superior, portadoras de un conocimiento espiritual que debemos vertir a través de las ánforas de nuestra vida sobre el mundo de la materia, y sobre nuestro mundo interior, simbolizado por el agua. Dice el Padre Nuestro en uno de sus párrafos de que se haga la voluntad de Dios y no la nuestra.

Esta carta nos está pidiendo que, renunciando a nuestra voluntad, hagamos la voluntad del padre celeste. Así a partir de este arcano el hombre que ha caído de su Torre terrenal, se somete voluntariamente a un orden superior, el de las Estrellas, para emprender la última parte de su camino de crecimiento.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon

Revista Crecimiento Interior Nº 84, Noviembre del 2003

LA LUNA

Vea el Video La luna (primera parte):

Descripción y simbolismo: Cuando sentimos que nos encontramos perdidos en la noche de la vida, ¿puede una sola carta del Tarot darnos claves precisas para encontrar la luz?. La respuesta es "Sí", y la carta es esta: "La Luna". Este arcano, nos orientará a través del sinuoso camino de la superación, utilizando unos pocos símbolos.

Ellos son: - Un sendero. - Un pantano. - Un cangrejo. - Una tierra fértil. - Dos perros, o quizás un perro y un lobo. - Dos torres. - La luna. - Gotas de energía que suben hacia la luna.

Iremos viendo cómo estas imágenes, en vez de ser símbolos dispersos, se van entrelazando y reforzando mutuamente hasta formar en nuestra mente, durante la lectura, un todo superador distinto para cada uno de nosotros. Ese es el gran poder del símbolo: ser siempre el mismo y al mismo tiempo decir verdades diversas. Así veremos como aparece Hércules y dos de sus famosos trabajos.

Ellos están simbolizados en "el pantano", "el cangrejo" y "el perro Cerbero". Veremos cómo el significado del inconsciente, y de lo primitivo que existe en nosotros, aparece no sólo en las aguas del pantano, y en la Luna, sino también a través de los animales.

El cangrejo y los perros hacen referencia clara a nuestra naturaleza inferior. Veremos referencias al mundo del más allá.

Al ir recorriendo el sendero de la vida aparecerá su contrapartida, la muerte. Aparecerá el Mundo de los muertos cuya entrada se encuentra custodiada por el perro Cerbero. La luna, que nos mostrará su cuarto menguante, dirigiéndose inexorablemente hacia su muerte. Tendremos también otra referencia a los límites del mundo humano en las Torres que indican el portal a "otro mundo". Finalmente el pantano, siempre listo para tragarnos y llevarnos contra nuestra voluntad a submundos infraterrenos. Veremos cómo todo el viaje se realizará en el mundo de la dualidad: la vida y la muerte, el perro blanco y el negro y las torres. Hechas estas primeras aproximaciones comencemos con la primer clave, o sea con el nombre de la carta denominada "La Luna". Es la primer advertencia de este arcano. Nos indica que durante todo el recorrido que propone esta carta, estaremos influenciados por LA LUNA.

¿Somos seres independientes, o nuestra vida se halla dentro de un ecosistema planetario dentro del cual La luna, entre otros elementos, nos condiciona y orienta?. Indudablemente la ficción de independencia es útil para ciertas tareas, y peligrosa para otras. Todos sabemos, o deberíamos saber, como lo sabían nuestro abuelos, cuan importante y dependiente es nuestra vida de este astro. Los seres humanos que nos precedieron fueron descubriendo cómo la Luna influenciaba con sus distintas fases, los ciclos de la vida y cómo esta influencia se manifestaba en los distintos reinos de la naturaleza.

Así cada cultura fue transmitiendo este conocimiento para beneficio de la siguiente. Los agricultores a fuerza de errores y aciertos descubrieron que si plantaban o cosechaban en luna creciente los resultados eran diferentes que en luna menguante. Una vez descubierta la conexión comenzaron a someter sus actividades a los mandatos que la Luna les imponía. De este modo un calendario que incluyera las fases de la luna fue elemento indispensable en el hogar de cada agricultor. Las matronas, y luego las parteras, pudieron observar que se incrementaba la cantidad de partos en luna llena, y los hospitales y la policía verificaron que se producían hechos de mayor violencia que en otras fases de la luna. Ellos también adaptaron sus actividades a esos ciclos. Los marinos descubrieron que la Luna, reina de la noche, tenía el poder de ordenar a las aguas del mar que subieran y bajaran bajo su férreo mando. También ellos aprendieron a someter su voluntad al astro nocturno y a utilizar esa información para su propio beneficio. Como ustedes saben, la luna produce sobre la vida en nuestro planeta muchos otros efectos. De este modo percibimos cómo la naturaleza y la luna forman un todo inseparable que no podemos y no debemos ignorar. La primera advertencia, para comenzar nuestro viaje dentro del territorio de la luna es actuar en armonía con sus mandatos. La Luna es la Reina, y en sus territorios, queramos o no, somos sus súbditos. Existe una segunda advertencia, antes de emprender el viaje, sus territorios son terrenos propicios para la confusión, y el error. Allí nuestra percepción del verdadero mundo exterior estará afectada. Pero no se trata solamente del error y la confusión, ahí podemos ser víctimas también del ardid, de la astucia, del engaño de todas sus formas. Este es el territorio propicio para que nuestros enemigos busquen estafarnos. Pero no creamos que únicamente existen enemigos externos, en nuestro interior también tenemos enemigos. Aparece así, por influjo de la Luna, el autoengaño, las fantasías exageradas, el creer posibles empresas descomunales mucho más allá de toda factibilidad. La influencia de la Luna puede producirnos además efectos indeseados sobre nuestros sentimientos. Puede hacernos caprichosos, llevarnos hacia una conducta errática, al desorden, a la duda. Pero no a esa duda razonable y sana que nos quita del error, sino a aquella que paraliza nuestras decisiones, llenándonos de angustia e impidiendo resolver nuestros problemas. Una última advertencia a considerar, el territorio de la luna es aquel donde se mueven las "fuerzas oscuras del mal". Por lo dicho, nunca entremos entonces en terrenos de nuestro inconsciente sin saber los peligros a los cuales nos exponemos. Más aún, nunca entremos en terrenos del conocimiento de "lo oculto" sin conocer los peligros a los cuales sometemos a nuestra mente. Volveremos sobre estos temas cuando analicemos la imagen de la Luna. Sirvan estas primeras aproximaciones como advertencia antes de comenzar a transitar el sendero.

EL SENDERO La imagen nos muestra un sendero angosto y sinuoso. Comienza su recorrido bordeando el pantano, luego pasa entre los perros, se desliza entre las torres y se pierde a lo lejos. ¿Por qué un sendero?. Dicen que amplio es el camino de la perdición y estrecho es el sendero que nos lleva a Dios. De este modo, simboliza el camino a seguir para llegar a la luz. Esta es la etapa final de un viaje que se inició hace mucho tiempo. Un viaje de tipo circular, que va repitiendo la humanidad. Hemos partido de Dios para encarnar y en el cual la última etapa es reencontrarnos con él. Buscamos así "religarnos" con lo divino. Volver a unirnos al todo. Simbólicamente la Luna que, periódicamente, muere y renace, trayendo su luz difusa sobre la tierra, nos recuerda el viaje. Estamos en la etapa final, el momento más oscuro, si encontramos el sendero y lo seguimos podremos salir finalmente del territorio de la oscuridad. Podremos dejar un mundo de falsa luz, proyectado por la luna, un mundo de sombras para entrar en otro mundo, el solar. Finalmente podremos ver todo "claro y distinto", entraremos así en el mundo de la verdad, de la luz. Este sendero que recorreremos es una construcción humana. Fue realizada por aquellos que nos precedieron en el camino hacia la luz, lo han preparado para nosotros. Debieron construirlo en forma sinuosa, a efectos de poder evitar los obstáculos y los peligros del camino. Así el sendero nos permitirá bordear con seguridad el pantano, nos conducirá entre los perros y superando las torres podremos reencontrarnos con la Luz. Pero el sendero no puede esperar. Debemos apurarnos a emprender el camino, no hay tiempo que perder. Observemos que la luna está en cuarto menguante, y que cualquier demora, nos enfrentará a la oscuridad total, impidiendo que veamos el sendero que puede llevarnos a destino. Así puestos presurosos en camino, nos enfrentaremos a la primera prueba, la del pantano.

EL PANTANO Nos recuerda el mito Griego de Hércules. Hace referencia al Pantano de Lerna. Ahí donde él luchó con éxito contra Hidra y fue atacado por el cangrejo. A este pantano, debemos bordearlo con cuidado. Debemos observarlo sin caer en él. Ingresar al pantano implicaría quedar "empantanados", atrapados en el pasado, en las fantasías del inconsciente, en sus terribles aguas. No entraremos pues en sus terrenos fangosos, que amenazan tragarnos. Aquellos que lo intentaron desaparecieron de la faz de la tierra, absorbidos por el mundo inferior, el mundo de lo infernal. Para evitarlo pisaremos firmes, sobre el sendero trazado por los sabios.

De este modo evitaremos los productos de las mentes exaltadas que con sus falsas creencias buscan atraernos hacia la oscuridad. El Pantano para tragarnos busca atraernos con su espejo de agua. Este espejo puede embelesarnos con sus imágenes invertidas, puede hacernos entrar en su mundo de fantasías. Un mundo irreal, de formas equivocadas y distorsionadas. Mundo ilusorio y de imaginación. Así el que confunde la realidad con su reflejo, se perderá irremediablemente. Estas aguas que simbolizan el inconsciente puede ahogarnos. Pero el pantano no es sólo símbolo de las aguas del inconsciente, simboliza también otras aguas: las aguas uterinas y, por lo tanto, hace referencia al nacimiento y a la maternidad. Además de referenciar a la creación del humano también remite desde la pequeña planta, a la creación del mundo todo. De este modo, el arcano se encuentra asociado con el nacimiento de todas las cosas. Además nos relaciona y vincula con lo femenino que hay en nosotros. Llama a las mujeres y a los hombres a descubrir la profundidad de sus propias energías femeninas: lo pasivo, la intuición. Pero la intuición no es suficiente, para evitar caer en el pantano. Mientras se encuentre la realidad oculta por la tenue luz de la luna, tendremos que aprender a movernos en este mundo de tenues luces y de grandes sombras utilizando nuestro intelecto. Éste, como instrumento para nuestro pensamiento, nos permitirá llegar a la verdad, razonando aquello hacia lo que nos empuja el instinto y la intuición. La intuición que viene dada desde lo alto y que nos conecta directamente con Dios, está amplificada y simbolizada por La Luna.

A través de ella nuestra intuición se manifiesta. ¿Cómo puede ser que la luna, con su tenue luz nos llene de error y confusión y al mismo tiempo sea la portadora de la intuición para avanzar?. Es que el límite entre la verdadera voz de Dios que está en nuestro corazón y las fantasías de una mente debilitada es muy tenue. Así muchas personas creyendo escuchar a Dios han emprendido un supuesto camino espiritual que los ha conducido a los peores pantanos de la existencia humana. Hemos hablado de intuición y de intelecto, dos características de nuestro ser que nos permitirá avanzar, falta ahora analizar el tercer factor: el instinto, esa característica que es propia del reino animal. Pero esto deberá esperar al próximo número de nuestra revista, en el cual continuaremos con La Luna. (la parte uno de este artículo se publicó en la Revista Crecimiento Interior Nº 85, Diciembre del 2003 )

 

Vea el Video La luna (segunda parte):

 

En el número anterior de la revista habíamos comenzado con el Arcano XVIII, La luna. Habíamos visto cuan dependientes somos de su influencia, y cuan difícil era avanzar en el sendero, que bordea al pantano. Habíamos hablado de intuición y de intelecto, dos de las tres características de nuestro ser que nos iban a permitir avanzar en el estrecho camino.

Ha llegado ahora el momento de referirnos a la otra: el instinto. Cuando nos referimos a los instintos, enseguida asociamos el concepto con "los animales", pues están totalmente sometidos a ellos. En esta carta los animales aparecen a través de tres géneros distintos: - El cangrejo - El perro - El lobo

¿Qué simboliza que aparezcan animales? Desde la antigüedad los animales han sido utilizados para representar a los hombres y a los cuatro elementos de la naturaleza. A los hombres buscando analogías con sus distintas características, o tipologías de carácter. Así los animales son utilizados para representar todo tipo de virtudes y defectos. Es que a través de ellos es fácil mostrar aquellas partes más "animales" que poseemos, tantas veces negadas y pocas veces superadas. A los elementos de la naturaleza, de acuerdo al medio en el cual se mueven dichos animales. Hechas estas aclaraciones comencemos con el primer animal. Se trata de un cangrejo. Su lugar preponderante en el centro de la carta, nos indica que antes de continuar avanzando tendremos que entender su simbolismo. Analizaremos: - El agua y la tierra. - La transformación. - Nuestros poderosos instintos básicos.

EL AGUA Y LA TIERRA: El cangrejo está relacionado con el elemento agua y el elemento tierra, porque su naturaleza dual lo lleva a ser un animal acuático y terrestre, dado que vive en los dos elementos. El cangrejo nos remite entonces por una parte a lo acuático, a nuestra naturaleza emocional e inconsciente, por la otra a la tierra, a lo sólido, a lo concreto de nuestra vida, a nuestra parte conciente. Al vivir en los dos elementos, agua y tierra, nos indica que el ser humano debe aprender a vivir con los pies sobre la tierra y a meterse en las aguas del inconsciente, sin perderse en él, para encontrar lo que busca y poder volver a la tierra.

LA TRANSFORMACION: El cangrejo representa también la transformación. En el Antiguo Egipto lo adoraban en forma de escarabajo. Para ellos era un Símbolo de Transformación, significaba "cambiar". Nos recuerda así a la gran ley de la transformación, la renovación constante de la existencia y, por tanto, el emblema de la vida humana y de las transformaciones del alma en éste y en el otro mundo. El símbolo de transformación a través del cangrejo, está reforzado por el color rojo de su cuerpo, que representa la vida y el fuego de los alquimistas: el famoso fuego interior que permite la transmutación. ¿Y que transformación nos propone el cangrejo?. Se trata de eliminar la parte de nuestro pasado, que ya no es útil en nuestra psique. Ha sido simbolizado en el caparazón petrificado, de gran utilidad para proteger sus partes interiores tan sensibles durante su vida, pero que ahora son un obstáculo para el crecimiento. También ha sido simbolizado en la tarea del cangrejo en el pantano: comer todo lo que ya no sirve, lo que está corrompido, purificando el lugar. Ya no se trata de continuar acumulando conocimiento, como cuando éramos uno de los niños escuchando al Sumo Sacerdote, carta número V del Tarot. Ahora somos adultos y debemos seleccionar ese conocimiento incorporado. Identificaremos así, a aquellos que están muertos, y en consecuencia en proceso de descomposición para eliminarlos. Para lograr este objetivo el cangrejo avanza y retrocede. En el proceso de retroceder analizamos y depuramos nuestros actos pasados, es un retorno, un reflujo hacia el pasado. Luego podremos volver al sendero para avanzar y acumular un nuevo saber.

NUESTROS PODEROSOS INSTINTOS BASICOS Hemos visto al cangrejo en su valiosa misión como medio de transformación. Así lo vemos por arriba del pantano, mostrando que ha logrado salir de la posible esclavitud del inconsciente, emergiendo sobre él. Ha superado así su parte inferior. Aquel que, en cambio, quede sometido a lo primitivo del cangrejo, no logrando "aplastar" lo peor de su naturaleza inferior, lo padecerá en su misión destructiva. El cangrejo nos remite a nuestros instintos básicos. Hace referencia al enorme poder de ellos, y en especial a nuestro poder sexual. Es sabido que el hombre puede ser dueño o esclavo de su sexualidad. Tanto el pantano como el cangrejo está presente en uno de los trabajos encomendados a Hércules: matar a la Hidra. Sabemos que Hércules debe emprender los doce trabajos, como compensación por los daños que había ocasionado en su "confusión". Así nosotros muchas veces, como él, nos sentimos confundidos, actuamos como si en nuestro interior habitaran distintas personas, cada una con deseos y modos de pensar diferentes. A tal extremo que cuando salimos de la "confusión", no logramos entender por qué "hicimos lo que hicimos". Para destruir estas distintas cabezas que habitan en nuestro interior, y que pueden llevarnos a la confusión, es que deberemos hacer como Hércules: ir y matar a la Hidra. Ella vivía en un pantano en Lerna, y era un monstruo de nueve cabezas. Una cabeza era inmortal y, cuando le cortaban cualquiera de las otras, crecían dos en su lugar. Mientras luchaba para terminar con la vida de Hidra, el cangrejo intentaba impedirle realizar su trabajo. Así, cuando peleamos por salir de la confusión, el pasado con sus peores recuerdos y lo más primitivo del cangrejo nos "aguijonea" entorpeciendo nuestro avance en el sendero. Hércules finalmente pisa al cangrejo, y mata a Hidra. Esto es lo que tuvo que destruir Hércules para avanzar en su camino y esto es lo que debemos eliminar nosotros para avanzar en el sendero de la noche hacia el perro y el lobo. Continuaremos en el siguiente número de la revista. (esta segunda parte se publicó en la Revista Crecimiento Interior Nº 87, Marzo del 2004.-

Vea el Video La luna (última parte):

En este número concluiremos con el análisis del Arcano XVIII, La Luna. Nuestro héroe, al continuar avanzando por el estrecho sendero, se encuentra delante de dos figuras atemorizantes: un perro y un lobo. Estos dos animales enfrentados ladran, avisan de un peligro, asustan, vigilan. Algunos autores afirman que se trata de dos perros, otros de dos lobos. En realidad la imagen que mejor complementa la carta es la de un perro y un lobo. De este modo se simboliza por una parte la naturaleza en estado puro y por la otra, la naturaleza domesticada por la cultura.

El lobo, está representado por la figura de la derecha, simboliza la naturaleza libre, salvaje y hostil tal cual fue creada. El animal en este caso es enemigo del hombre, no busca su compañía. Así se afirma "solitario como un lobo". Piensa en servirse a sí mismo, no comprende una actitud de servicio hacia los otros. El lobo está colocado en una posición que le permite tener su vientre apoyado en el suelo. De esta manera, desde lo más visceral de su ser, se conecta con la Madre Tierra. Su pelaje negro representa lo más oscuro en nosotros.

Por la otra parte el perro, visto a la izquierda, simboliza la naturaleza domesticada y fiel. Como manifestación de esta naturaleza sojuzgada, se ha convertido en el mejor amigo del hombre. Ya no se trata de servirse de los otros, sino que ha encontrado un Amo a quien servir. Se ha sometido para adaptarse a otro y de este modo ha evolucionado a niveles superiores del ser. La imagen lo muestra erguido sobre sus patas, representando este mayor nivel respecto al lobo. El perro de pelaje blanco simboliza la luz, la pureza de la evolución, contrasta así con lo negro del lobo.

Pero el sendero transcurre entre estos animales. ¿Por qué?. Es que debemos transitar por el sinuoso sendero de la evolución, que pasa entre dos opuestos. En este caso representados por la dualidad del lobo y del perro, de la naturaleza y la cultura, de lo negro y lo blanco. En vez de vivir en los mundos de los opuestos, podremos evolucionar, si transitamos hábilmente entre ellos. No debemos tener conceptos mentales del tipo blanco o negro, debemos aprender a reconocer la gama de los grises. Superar entonces la dualidad: naturaleza o cultura.

Desde antiguo se han utilizado estos animales para distintas representaciones del viaje al más allá. Ellos custodiaban los portales de ingreso al mundo infernal. Su rol principal los ubicaba en el límite entre el mundo de la luz y el de las sombras. Entre la vida y la muerte, en las puertas de acceso al reino de ultratumba. Así el monstruoso Perro Cerbero tenía como función ser guardián de los infiernos. El capturar y dominar a este animal fue una de las tareas que debió cumplir Hércules. A tal fin descendió al Tártaro, Reino de los Muertos, y dominio del temible Hades. Hércules le pidió permiso para llevarse al perro Cerbero, Hades lo autorizó con la condición que lo dominara sin emplear armas. Tras un prolongado forcejeo con Cerbero, Hércules logró vencerlo y se lo llevó. De este modo Cerbero, simboliza nuestra naturaleza inferior, a la que debemos vencer, y no matar, para elevarla a reinos superiores. En especial, por ser un perro, nos remite de nuevo al tema de transformar nuestra energía sexual. Nos invita a superar nuestros niveles animales, sin convertirla en una simple actividad domesticada.

Destaquemos que estos animales están ladrando a la Luna, pues sabiendo que se encuentran sometidos a su influencia periódica, buscan que detenga su permanente ciclo mensual de nacimiento, desarrollo y muerte. Ellos desde su instinto animal saben de su dependencia al astro nocturno. Nosotros, seres más evolucionados, creemos poder actuar independientemente de sus ciclos. De ese modo somos presa fácil para la Luna, que podrá llevarnos sin esfuerzo en su recorrido circular para ella y pendular para nosotros, desde estados de exaltación a otros de depresión, pasando por la melancolía, la irritación y hasta la violencia. Muchos caminantes no preparados, ante la presencia de estos animales desafiantes, volverán sobre sus pasos. Retornarán al terreno fangoso y conocido. Otros, que venciendo el miedo a ser devorados por su naturaleza inferior, avancen con paso decidido, podrán llegar hasta las torres. Las torres marcan el umbral del territorio.

Aquí se encuentran las puertas del cielo y del infierno. En los antiguos mitos griegos a los solsticios se les llamaba "puertas". La "puerta de los hombres", según estas creencias helénicas, correspondía al solsticio de verano (del 21 al 22 de junio, en el hemisferio norte) a diferencia de "la puerta de los dioses" del solsticio de invierno (del 21 al 22 de diciembre, en dicho hemisferio). Por estas puertas el hombre ascendía o descendía del cielo. Muchos han visto en las continuas referencias de este Arcano a la muerte y a un reino posterior, protegido por las Torres, la metáfora de la muerte mística.

El morir simbólicamente a un tipo de vida mundana para renacer en otra, siempre en la presente encarnación, con un contenido más evolucionado. Estas dos torres, construidas con muros de color carne, representan, como la Torre del arcano XVI, realizaciones humanas. Pero a diferencia de aquella torre circular que estaba destinada a destruirse, las Torres del Arcano XVIII tienen forma de cubo, representando así las construcciones terrenas sólidas. Al caminante del sendero se le presentan dos torres, y él podría verse impulsado a dirigirse a una de ellas, pero ¿a cuál?, de nuevo la dualidad: elegir entre esto o aquello.

Pero el Arcano propone evitar la elección y continuar avanzando por el sendero. Debe evitar quedar atrapado dentro de las construcciones humanas, por más sólidas que sean estas. El camino propuesto es otro, está más allá de la Luna: estamos buscando la luz del Sol. Para lograrlo debemos estar atentos, vigilantes. Todavía estamos en un territorio donde la luz proviene de la Luna, como reflejo de la luz verdadera del Sol. Ella hasta el final del sendero nos ofrece, con su luz prestada, la posibilidad de desviarnos, haciéndonos tomar por verdaderas las formas engañosas del mundo exterior.

Si bien la Luna nos engaña con lo exterior, nos ilumina en el interior, con la luz de la intuición. Por esto aparece representada con forma de cara de mujer, clara alusión a la figura de todo lo femenino que hay en nosotros. Desde este lugar pasivo, en el cielo, y utilizando energías del Sol, observa todo lo que hay en su territorio.

Observemos también nosotros, como ella, nuestro propio territorio interior. La Luna, no necesita utilizar energía propia para manifestarse, la toma del Sol y de la Tierra. En la imagen se pueden ver claramente unas gotas de diversos colores que se elevan. Representan la energía que sube, durante la noche, desde la Tierra hacia la Luna. De este modo se complementa el ciclo que se inició a la mañana. Durante el día la energía proviene del Sol y cae, simbólicamente en forma de gotas, sobre la Tierra. Es este un recorrido desde lo superior hacia lo inferior.

Estas gotas son conocidas esotéricamente como glóbulos de vitalidad. Durante la noche, reino de la Luna, el camino se invierte, y la energía fluye de la Tierra hacia el cielo, desde lo inferior hacia lo superior, simbolizado en las gotas subiendo desde la Tierra. Es por esto que desde la antigüedad el hombre ha considerado propicio este periodo en el cual la energía toma un camino ascendente, para buscar conectarse con los mundos superiores. Así ha creado infinidad de rituales, que utilizan la noche como el ámbito propicio para su realización. Por último, todo el territorio que ilumina la Luna, es fértil, puede dar los mejores frutos, a condición que sepamos trabajarlo. Ese territorio interior puede convertirse en un paraíso, de nosotros depende.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon

La tercera y última parte se publicó en Revista Crecimiento Interior Nº 88, Mayo del 2004

EL SOL

Descripción y simbolismo. Si la carta de La Luna (arcano XVIII) nos dio claves precisas para encontrar la luz. Ahora la encontraremos en su estado más puro, la del Sol (arcano XIX, aunque el 19 figura en la carta como XVIIII).

NOMBRE DE LA CARTA: Comencemos con la primer clave, o sea con el nombre de la carta denominada "El Sol". Nos indica que estaremos iluminados durante todo su estudio por El Sol: la luz del día, que quita las oscuridades de la noche, que nos saca del error y de las falsas formas, la que nos permite ver las cosas "claras y distintas" como afirmaba Descartes. La luz que es dadora de vida, que despierta a lo dormido: la luz que ilumina a los corazones y da energía a todo lo que toca. Teniendo entonces presente estas ideas comenzaremos a analizar las imágenes.

DESCRIPCION DE LA CARTA: Nos muestra a dos jóvenes con las manos unidas, a los cuales un Sol radiante los ilumina. De este astro salen unas gotas de color amarillo que parecieran dirigirse hacia los jóvenes. Estos están semivestidos, él de color rojo y ella de celeste, ambos de pie sobre una especie de guirnalda circular de color verde con centro anaranjado. Atrás se puede observar una pared de cinco hileras de ladrillos de diversos colores. SIMBOLOS A CONSIDERAR Por lo expuesto los elementos que analizaremos son: - Dos jóvenes. - Un Sol. - Gotas que caen del Sol. - Una especie de guirnalda circular de color verde a los pies de los jóvenes. - Una pared. Como en otros arcanos, veremos cómo estos símbolos, en vez de presentarse en forma dispersa y sin conexión entre sí, muy por el contrario se van entrelazando y reforzando mutualmente hasta formar en nuestro espíritu, durante su interpretación, un todo superador. A fin de corroborar lo dicho veamos cómo se presentan, en la carta, a través de diversos elementos, dos grandes símbolos: 1. El círculo. 2. La creación y la vida.

EL CIRCULO Observemos cuántas veces aparece "El Círculo" representado en este arcano. Lo podemos ver: 1. En el Sol. 2. En las Gotas. 3. En la Guirnalda. 4. En los Jóvenes. 5. En el paso de la Luna al Sol. 6. En el número de la Carta (19).

ANALISIS: 1- En el Sol: Lo encontramos en la figura del Sol, cuya forma redonda lo manifiesta. Por demás esta imagen nos trae otra referencia circular, pues cada año el Sol vuelve al mismo lugar donde estuvo el año anterior, cumpliendo un ciclo completo.

2- En las Gotas: Aparece en la forma de distribución de las gotas que caen del Sol. Es fácilmente observable que están distribuidas de un modo casi circular sobre los jóvenes.

3- En la Guirnalda: Se manifiesta en la girnalda que se encuentra a los pies de los jóvenes, ya sea por su forma redonda que nos recuerda al círculo o por su composición. Esta guirnalda es verde y tiene flores. Simboliza así a la vegetación dadora de vida que se manifiesta de acuerdo a los ciclos de las estaciones. Estos ciclos son anuales y forman así un círculo de permanente retorno.

4- En los Jóvenes: También podemos encontrar la forma de círculo en los jóvenes, de dos maneras distintas: ¿Cómo?. a) Si observamos a dichos jóvenes atentamente podremos ver que sus manos están unidas de un modo especial. Es fácil reconocer ahí a la figura del infinito: dos círculos que se entrelazan. b) Como se ve con claridad, los jóvenes son de distinto sexo, por esto representan el Yin y el Yang de la cultura china. El Yin y el Yang están contenidos en el Tao, y el Tao es una típica figura circular.

5- En el paso de la Luna al Sol: Aparece como el tránsito de la Luna (Arcano XVIII) a la del Sol (Arcano XIX). Si la Luna está asociada a la oscuridad, es por esto también un fin de ciclo, y el Sol es el "amanecer" de un nuevo ciclo, pues luego de la más profunda oscuridad siempre aparece el Sol. Los chinos veían en este transitar de la noche al día, en este cambio de la Luna al Sol, el eterno movimiento del Tao, del pasar del Yin (la Luna) al Yang (el Sol). Nuevamente entonces nos remite al círculo a través del Tao.

6- En el número de la carta (19): Aparece entonces a través del número del Arcano: la carta tiene el número 19, y esto a través de la suma: 1+9, se reduce al número 10. Separando ahora el 10, en sus dos componentes tendremos el "uno" y el "cero". Este Cero, es de nuevo el Círculo manifestado. Así se afirma que el 10 representa a la "línea" y al "Círculo". Volveremos sobre el tema más adelante.

LA CREACION Y LA VIDA: Observemos cuántas veces aparece representada simbólicamente "La creación, y la vida" en este arcano:

Lo podemos ver en: 1. El Sol. 2. Los rayos del Sol. 3. Las gotas. 4. Los Jóvenes. 5. La Guirnalda. 6. La pared. 7. El número de la carta.

ANALISIS

1. En el Sol. El sol es dador de vida. Sin su luz, la vida en nuestro planeta sería imposible. Es la fuente de calor fecundante, sin el cual perecería el mundo. Por esto en las antiguas culturas, se tomaba al Sol como un símbolo de la divinidad, pues como ella creaba y supervisaba la vida en la tierra. Recordemos que todas las especies que habitamos este planeta estamos alimentados de la luz del sol, de forma directa e indirecta. Directa al exponernos a sus rayos benéficos. Indirecta a través de la ingesta de energía solar que ha pasado por otros seres, como ser las plantas. Así el Sol es el fuego creador. Representa el Poder de Vida sobre la tierra en su máximo esplendor.

2. En los rayos del Sol. El Sol muestra 12 rayos rectos y 12 rayos ondulados. Los rayos rectos, se relacionan con lo masculino, y los rayos ondulados con lo femenino, referenciando en consecuencia a la creación a través de las energías complementarias (Yin y Yang).

3. En las Gotas. Estas gotas hacen referencia a la energía que despide el Sol y que tiene por finalidad energizar, enriquecer a los jóvenes, llenándolos de vida, y de riqueza espiritual.

4. En los Jóvenes. Los jóvenes representan la vida de diversas maneras: como potencial pareja y como juventud. Como potencial pareja, que al unirse en el acto sexual pueden ser creadores de vida, y como "juventud" que es vida en plenitud de crecimiento. Como estado en el cual se mira hacia el futuro, pensando en la creación, ya no solo de otra vida terrenal, sino en la materialización de un futuro a través de obras terrenas. Esta juventud está en clara oposición a los ancianos, que tienen su visión en el pasado, en el recuerdo de lo realizado.

5. En la Guirnalda. Como ya habíamos adelantado, ella de color verde y con flores. Representa así a la vegetación, y la vegetación es vida en plena y alborozada manifestación.

6. La pared. Ella también simboliza la vida, la creación. Concretamente se refiere a la construcción de nuestra vida. Ella estará hecha de pequeños ladrillos, que puestos de un modo armonioso, y juntando energías masculinas (ladrillos rojos) y energías femeninas (ladrillos azules) se manifestará en este mundo material. A su vez implica el sabio uso para la construcción de la acción (rojo) y la pasividad (azul). Esta pasividad que no es abandono, ni desgano, que corresponde al tiempo de la meditación y de la ideación de "como" debe hacerse la pared. A su vez nos hace ver que para hacer la pared se deben utilizar sabiamente los opuestos (azul y rojo).

7. El número de la carta. Habíamos adelantado que el número 19 se descomponía en "uno" y el "cero". El uno representa la fuerza masculina, el "Lingam" de la filosofía Hindú, y el cero, la energía femenina, el "Yoni". La unión del Lingam y el Yoni permite la creación. Luego de este análisis corresponde que nos preguntemos: ¿Por qué en este arcano han puesto tanto énfasis en simbolizar de tantos modos distintos al "círculo" y a "la creación y la vida"?.

Además, siendo que el círculo representa la unión y que la creación de lo nuevo depende de la unión de fuerzas separadas: ¿No están representando "El círculo" y "la creación y la vida" un mensaje similar y complementario?. Para desarrollar las respuestas deberemos esperar al próximo número de la revista. (esta primera parte del artículo se publicó en la Revista Crecimiento Interior Nº 90, Septiembre y Octubre del 2004)

 

Habíamos comenzado en el número anterior de la revista con el análisis del Arcano El Sol, ahora lo completaremos. A tal fin procederemos a contestar las preguntas que habíamos planteado entonces. Nos preguntábamos: ¿por qué en este arcano han puesto tanto énfasis en simbolizar de tantos modos distintos al "círculo" y a "la creación y la vida"?.

En distintos arcanos vistos hasta ahora, se representaron fuerzas antagónicas: aparecían así la fuerza masculina (yang) y la femenina (yin).

Las fuerzas masculinas aparecían con claridad en los siguientes arcanos: en el Mago (Arcano I), en el Emperador (Arcano IV), en el Sumo Sacerdote (Arcano V), en el Ermitaño (Arcano IX). Por otra parte las fuerzas Yin (femeninas) las encontrábamos, entre otras, en el arcano La Sacerdotisa (Arcano II) y en La Emperatriz, (Arcano III).

Ahora, en cambio, en el arcano de El Sol, se va a producir la unión de estas fuerzas en una totalidad representada por el círculo en sus diversas manifestaciones. Simboliza la conciliación de los opuestos, la fusión de lo masculino y lo femenino en el Andrógino. La fusión en el uno, en el todo. Esta unión de fuerzas es conocida desde antiguo bajo el nombre de Bodas Alquímicas: la unión superadora de las fuerzas Yin y Yang en un Todo. Para lograr esta unión será necesaria la energía del Sol que permitirá el proceso de trasmutación. Por eso al sol también se lo relaciona con el Oro de los Alquimistas.

Se lo ha utilizado así como símbolo del Oro, y al Oro como símbolo del Sol. Hemos visto el símbolo del círculo de diversas maneras: ¿cómo puede ser entendido el círculo?. Este círculo puede ser captado desde distintos niveles. Como totalidad representa al Universo. También representa al hombre que ha podido conciliar los opuestos y experimenta un estado superior: el del conocimiento eterno. El círculo además, era el modo utilizado por los iniciados para crear un espacio sagrado. De esta manera, creaban en el interior del círculo un lugar protegido: quedaban separados del mundo cotidiano, profano y entraban a un lugar sagrado, unido a lo eterno. También nos preguntábamos: ¿no están representando "El círculo" y "La creación y la vida" un mensaje similar y complementario?. Esta pregunta podría responderse con una imagen y ella es: Ouroboro, la serpiente que se muerde la cola. Esta imagen está presente en diferentes culturas desde tiempos inmemoriales y representa el eterno retorno, la energía y la conciliación de los opuestos. El eterno retorno pues la serpiente una vez por año cambia su piel y tiene así un nuevo inicio. La conservación de la energía ya que desde antiguo la serpiente es el símbolo universal de la energía.

ANALISIS DE LOS SIMBOLOS DE LA CARTA Procederemos ahora a analizar uno por uno los siguientes símbolos: - Dos jóvenes. - Un Sol. - Gotas que caen del Sol. - Una especie de guirnalda circular de color verde a los pies de los jóvenes. - Una pared.

DOS JOVENES Habíamos ya dicho que ellos representaban: 1. El infinito. 2. El yin, el yang y el Tao como totalidad. 3. La vida de diversas maneras: como potencial pareja y como juventud. ¿Simbolizan algo más?. Estos jóvenes portan además otros símbolos. Los cuales se pueden encontrar en la ropa, en el círculo y en la posición de los pies.

LA ROPA El joven está vestido de rojo y la joven de celeste. El rojo es el fuego y el celeste es el agua. El rojo es la energía masculina y el celeste la energía femenina. Así se busca reforzar la imagen de los elementos que intervienen. Una parte del entrenamiento de Chi Kung consiste en aprender a regular el Chi de Fuego y el Chi de Agua para que estén equilibrados. Esto implica aprender a utilizar las energías masculinas y femeninas dentro nuestro buscando la totalidad: la mente racional para dominar y dirigir la mente emocional.

LA ARMONIA DE LA UNION DE LOS OPUESTOS: LAS BODAS ALQUIMICAS. Estos jóvenes representan además el renacimiento de la vida, la humanidad regenerada, que busca la luz del Sol. Los opuestos que se han unidos: la luz y la oscuridad, la extroversión y la introversión, lo objetivo y lo subjetivo, la acción y el pensamiento. El espíritu y el cuerpo, lo conciente y lo inconsciente, el Eros y Logos. La mente unida al espíritu, y el sentimiento unido a la razón. Las mitades gemelas de la mente (los hemisferios cerebrales). Al superar la pareja de contrarios y sus polaridades, se produce la coincidencia entre los opuestos, y se concretan Las Bodas Alquímicas. De este modo las energías al unirse alquímicamente en un nivel superior, permiten pasar del Plomo representado por lo material y los bajos instintos al Oro que representa lo espiritual y los más altos anhelos del ser humano. Así con nuestros cuerpos transmutados, a un nivel tal que implique un nuevo nacimiento, podremos ingresar al Reino de los Cielos.

EL CIRCULO La pareja se encuentra dentro de un círculo. Este importante símbolo se refiere al límite sagrado que el hombre tiene en su vida. Dentro de este espacio se pueden conciliar los opuestos y se experimenta el estado de eternidad. Este lugar los protege, separando al hombre del mundo cotidiano y profano, y contactándolo con la trascendencia y lo eterno. Se ha visto en el lugar donde está la pareja al paraíso perdido y recuperado por ellos al aparecer el Sol. Así ellos han reconquistado el Paraíso pues aman el trabajo divino, al que se han asociado libremente a fin de contribuir a poner orden en el caos humanitario, con arreglo a las intenciones creadoras. Es entonces a través del trabajo sobre nosotros mismos que podremos llegar, dentro de un espacio sagrado, a vibrar en armonía con lo más alto, podremos vibrar en la frecuencia del Sol.

POSICION DE LOS PIES El joven de la izquierda tiene su pie derecho apoyado en la circunferencia que forma la guirnalda y el izquierdo en el centro de la misma. La joven de la derecha tiene en cambio su pie izquierdo apoyado en la circunferencia y el derecho en el centro. Aquí de nuevo tenemos una clara referencia a las distintas energías complementarias; el lado derecho del joven (energía masculina dentro de su cuerpo) corresponde a su parte racional y ella debe apoyarse en el círculo (el mundo) y su pie izquierdo (su parte femenina) en el centro (el espíritu, la totalidad). La mujer es lo complementario y sus energías deben canalizarse de modo inverso: usar su parte femenina para actuar en el mundo y su parte masculina para conectarse con el centro. El hecho que se vean los pies implica que los jóvenes podrán actuar para materializar lo deseado.

EL SOL LOS ILUMINA Vemos que el Sol los ilumina. Es que bajo la influencia de este astro harán su obra. Pasaremos ahora a analizar al Sol.

EL SOL "El sol nutre a todos los seres vivientes como luz primordial coordinadora del caos." A través del Sol se producirá nuestra purificación espiritual a través de las diversas pruebas a las que nos someterá la vida. La Gran obra estará iluminada por su luz. Este Sol tiene las siguientes características: 1. Un rostro casi humano. 2. Rayos. 3. El Centro. 4. Despide unas gotas amarillas.

EL ROSTRO El sol nos presenta un rostro con una expresión de apacible serenidad. Los rasgos humanos indican que el sol no es un objeto inanimado, tiene vida e inteligencia superior. Este rostro no lo disminuye a un nivel de sentimientos y pasiones humanas, sino que indica que nosotros los humanos, si nos elevamos, podemos adquirir rasgos solares.

RAYOS Se pueden observar veinticuatro rayos, doce rectos, doce ondulados. Estos representan el equilibrio que ilumina el firmamento. Estos rayos transmiten fuerza, energía y luz a los jóvenes. El Sol sabemos que tiene dos propiedades básicas: iluminarnos y darnos calor. La luz está representada por los rayos rectos y el calor por los rayos ondulantes. Los rayos rectos y los ondulantes a su vez representan también las energías masculinas y las femeninas. Cada grupo de rayos forman un grupo de doce, que corresponde a las doce casas del Zodíaco. Nos indica que el Sol rige e ilumina cada uno de los doce "domicilios" de nuestra vida, tanto sea en su aspecto masculino (rayos rectos) o femenino (rayos ondulados).

EL CENTRO El sol posee un centro desde el cual surgen los rayos, este es el núcleo del Sol. Este centro, o núcleo, que a veces se representa como un punto, está simbolizando la unidad desde la cual nacen y se desarrollan las diversas manifestaciones de lo divino en el mundo material. Este es el centro desde donde todo parte y a donde todo regresa luego de su desaparición. Así a través del movimiento del Sol podemos apreciar los doce meses del año, y las cuatro estaciones.

LAS GOTAS AMARILLAS Habíamos visto que en la lámina anterior

LA LUNA, subían hacia el cielo gotitas de colores. En EL SOL el simbolismo es exactamente inverso, las gotas están bajando. Estas gotas hacen referencia a la energía que despide el Sol y que tiene por finalidad energizar, enriquecer a los jóvenes. Las gotas de color amarillo simbolizan también el Oro del Alquimista.

La riqueza espiritual necesaria para la Gran Obra. Así conocen el verdadero Oro, distinto al oro vulgar que buscan los seres terrenales. Ellos buscan el oro en el cielo, los otros miran hacia abajo y quieren encontrarlo en las profundidades y oscuridades de la tierra. Así los jóvenes no necesitan poseer nada terreno, pues su riqueza está y proviene del cielo. El sol permanentemente dispensa sus riquezas a sus hijos, y es suficiente para ellos permanecer dentro del espacio sagrado para obtenerlas.

SENTIDO MASCULINO Si bien el Sol posee rayos masculinos y femeninos, como símbolo de totalidad está representado a lo masculino. ¿En qué sentido?. Pues, por oposición al sentido simbólico femenino atribuido a la luna, el sol asimila el sentido masculino. Este se relaciona con: el padre, la energía activa manifestada, el principio activo en todas las cosas y el fuego creador.

EL ETERNO RETORNO: LA RESURRECCIÓN DEL SOL A diferencia de la luna, que durante su ciclo mensual, va creciendo y desapareciendo en partes, el Sol siempre se manifiesta como Totalidad. Así la luna se nos muestra con sus formas cambiantes y escondiendo permanentemente una parte importante de su ser. Nunca un humano, desde la tierra puede saber qué esconde su "cara oculta". El sol, en cambio no tiene nada que ocultar. Llega todos los días para iluminarnos y disipar la oscuridad. Manifiesta así el eterno retorno y triunfo de la luz sobre la oscuridad.

LA GUIRNALDA De ella ya hemos hablado. Se encuentra a los pies de los jóvenes y representa la vegetación, la vida en plena y alborozada manifestación. Es un claro símbolo de la regeneración periódica de la vida que vuelve a manifestarse.

LA PARED Habíamos dicho que "Ella también simboliza la vida, la creación. Concretamente se refiere a la construcción de nuestra vida". Entraremos ahora a un análisis más profundo del símbolo. La pared, que aparece en la imagen, a diferencia de una montaña, es una obra humana, por lo tanto implica un trabajo. Esta obra representa la materialización realizada con esmero y capacidad. Pero no se trata aquí del trabajo impuesto por obligación para obtener una paga terrenal. En cambio, se trata del trabajo fecundo que permite a los humanos realizar la Obra. Se realiza por amor a lo superior. Nos convertimos así en constructores, primero de una pared, para que luego, y entre todos, hacer la Gran Obra. Podremos, siguiendo los planos del Divino Arquitecto, construir el Templo que nos cobije. Esta pared indica por una parte separación y por la otra Unión. Separación: Nos separa del pasado, nos separa del mundo profano, y si estamos del otro lado nos separa de la verdad.

1. Separación del pasado: Así esta pared pone un límite y crea a su vez un punto de unión con lo que hemos dejado atrás, construyendo con el pasado una obra armoniosa y creativa.

2. Separación del mundo profano: Esta pared al crear un límite ante el mundo profano, crea así un espacio sagrado donde la trasmutación mística se puede producir. Se lo ha llamado a este espacio sagrado el "jardín Oculto" o "Huerto sagrado". La pared protege este espacio para realizar la obra. De este modo los jóvenes podrán salir de la influencia de la Luna (Arcano XVII) para unirse al Sol y bajo su claridad fusionar los aparentes opuestos. Aquí están protegidos de las manifestaciones de la oscuridad, y de su parte terrena. Aquí las fuerzas del Logos y del Eros podrán unirse para la creación. Podrán entonces concentrar su energía para elevarla hacia la conciencia solar. En este jardín aparecerán los frutos de la obra realizada.

3. Separación de la verdad: El muro de piedra representa un límite a la comprensión de la verdad. Muestra que la captación de la verdad es limitada para el hombre común.

Cinco hileras tiene la pared. Representan nuestros cinco sentidos. Ellos nos permiten conocer la realidad de un lado de la pared, podemos conocer así el mundo material. Nuestros sentidos además pueden ser el más grande obstáculo cuando los queremos utilizar exclusivamente para comprender lo que se oculta detrás de la pared: la realidad espiritual. En ese territorio sagrado son "otros" los sentidos necesarios para comprender y ver la verdad. Aquellos que construyan una pared con sus sentidos, y se aferren a lo material no podrán entrar en el espacio sagrado y captar la verdad.

Unión: la pared es símbolo de unión pues representa a la humanidad como totalidad y al ser humano como individualidad totalizadora.

1. La humanidad como totalidad: Si los humanos tienden en sus conflictos terrenales a la separación, esta pared nos muestra la posibilidad de la unión. Es bajo la luz del Sol que la humanidad sale de la oscuridad, pues el sol les permite ver con claridad, y reconocernos como hermanos para poder ejecutar la Gran Obra. Así los hombres utilizando nuestras capacidades, en un trabajo conjunto, y uniendo a tal fin las fuerzas aparentemente antagónicas, podremos construir la pared de la humanidad. Esta pared será el comienzo, luego juntos podremos construir el Templo. Uniendo a tal fin, distintas hileras de ladrillos. Utilizaremos en armonía grupos de ladrillos azules, amarillos y rojos.

Esta pared está realizada por ladrillos humanos y con un humano artífice. Para construir la pared se han utilizado tres hileras de ladrillos amarillos y rojos y dos hileras de ladrillos azules. Estos son todos los tipos de ladrillos necesarios para formar una sociedad justa: amor como el sentimiento más noble (azul), inteligencia, el saber acumulado de la cultura (amarillo), y energía del trabajo (rojo). Cuando falta alguno de los elementos no podemos construir esta pared sagrada pues, si faltan los ladrillos rojos, no habrá energía para la obra. Si faltan los ladrillos amarillos, no tendremos inteligencia ni sabiduría para saber cómo hacer la pared y si faltan los ladrillos azules, la ausencia de amor en la obra nos llevará a construcciones carentes de sentimientos superiores. El sol está ahí para que con su energía pueda "fraguar" el elemento aglutinante que permite la unión de estos ladrillos. Así unidos armoniosamente, crearemos el Templo Sagrado. Este templo no será destruido como La Torre (Arcano XVI). Obsérvese que en la construcción de la torre no aparecen los ladrillos azules. Solo los de color carne. Es que en la Torre se ha utilizado únicamente lo material y por esto fue destruida desde lo alto por el rayo. La Obra de Dios se manifiesta con Luz (la claridad que disipa la oscuridad) y el Calor que da vida. Ellos participan entonces de la nueva construcción de la humanidad luego de su caída. Así esta carta complementa a La torre (Arcano XVI), al mostrar el camino para recuperar su unión con lo superior.

2. El ser humano como individualidad: La construcción de la pared entre todos los humanos será posible únicamente cuando cada ladrillo sea de la calidad y forma adecuada. Nosotros somos esos ladrillos y por esto deberemos comenzar a transmutarnos para poder pertenecer a la gran pared. Así la calidad de la pared en su totalidad estará en función a cada ladrillo en particular. En el espacio sagrado cada uno de nosotros buscará el cambio interior.

CONCLUSION Este Arcano nos convoca a la unión, a la unión con los otros para la gran obra, pero primero nos convoca a la unión dentro de cada uno de nosotros. Cuando nuestras "partes" formen un todo, cuando descubramos las energías opuestas en nuestro interior y podamos elevarlas para que unidas trabajen para el todo, habremos dado el primer paso. Se habrá producido en nosotros una nueva creación, habremos renacido bajo la luz del Sol.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon

La segunda parte de este artículo se publicó en la Revista Crecimiento Interior Nº 91, Noviembre y Diciembre del 2004

EL JUICIO

Descripción y simbolismo:

Nos acercamos al final de los Arcanos del Tarot, ha llegado el momento del Arcano XX, el "Juicio". ¿Qué se ve en esta imagen?. En una primera y rápida visión, se destaca un ángel que toca una trompeta y más abajo, en un valle, a tres personas de pie que responden al sonido. Tres son los muertos que renacen y tres son los temas básicos de la carta:

1. El valle de Josafat.

2. El Ángel del juicio.

3. Los muertos que renacen.

Esta referencia al número tres no es casual y volveremos sobre ella. Pero primero tratemos de contestar a la pregunta principal: ¿cuál es el significado de esta carta?.

Adelantemos que no tiene un significado único, sino un haz de significados separados que forman finalmente un entramado global. De este modo la carta es portadora de diversos temas, entre ellos:

1. La elección de un tipo de vida. 2. La justicia. 3. El renacimiento a otro tipo de vida o grandes cambios. 4. La relación con lo superior. 5. La Penetración en la esencia de las cosas.

Pero, ¿estos temas no han sido ya suficientemente tratados en otras cartas?. Pues:

1- A "la elección de un tipo de vida", ¿no la hemos visto en el Arcano VI "Los Enamorados"?.

2- A "La Justicia", ¿no la hemos visto al analizar el Arcano VIII, que porta justamente dicho nombre?.

3- A "El renacimiento a otro tipo de vida o grandes cambios", ¿no lo hemos visto al analizar el Arcano X "La Rueda de la Fortuna", al ver el Arcano XIII, denominado "La Muerte"?, ¿no lo hemos visto también en el Arcano XVI, "La Torre", que nos marca los grandes cambios que producen nuestros errores?. ¿No lo analizamos en el Arcano XIX, "El Sol" que nos propone un gran cambio al unir todas nuestras partes en una nueva unidad?.

4- A "La relación con lo superior", ¿no la hemos visto al analizar "El Sumo Sacerdote"?, ¿no la hemos visto en El Colgado?, y ¿no la hemos vuelto a ver en el Arcano XVII,"Las Estrellas" que nos indica el sometimiento a las fuerzas del destino?.

5- A "La Penetración en la esencia de las cosas", ¿no la hemos visto en el Arcano V "El Sumo Sacerdote"?. ¿No la hemos visto también en "El Sol", cuando se afirmaba que por resplandeciente que sea, la luz solar se detiene en la superficie de las cosas, sin llegar a revelarnos su esencia íntima que no es evidente?. Es cierto, esta carta tiene muchas similitudes con temas ya tratados anteriormente. Y no por estar llegando al final del Tarot, podemos pensar que su creador, ha comenzado a repetir los temas en forma innecesaria. ¿Por qué entonces esta carta?. Porque, al llegar al final del Tarot, el objetivo es el desarrollo espiritual, y por esto cada uno de los temas planteados en los Arcanos anteriores, tienen por finalidad, entre otras, buscar prepararnos para este gran momento: encontrarnos con "El Juicio". Es el momento de darle a todos los temas planteados, una nueva visión, que corresponda a un nivel superior de análisis.

1. ELECCIÓN DEL TIPO DE VIDA En el arcano de "El Enamorado", hemos visto que debe elegir entre un tipo de vida y otro. Debe elegir entre la virtud o el vicio durante esta vida. Ahora en "El Juicio", será juzgado de acuerdo a la elección que oportunamente realizó.

2. LA JUSTICIA En el arcano "La Justicia", el héroe es sometido a la justicia de los hombres. Se pesan y juzgan los actos de su vida exterior, pública. Se trata de un Juzgamiento Terreno. Ahora en el Arcano XX, veremos otro tipo de justicia. Es el Día del Juicio, cuando todos se detienen para que se pesen los actos realizados. Se juzgarán así todos los actos, incluso los que han quedado ocultos a la vista de los hombres, aquellos a los que el héroe, creyó equivocadamente que había podido ocultar a su Juez. Nada quedará impune. Todos los cabellos de nuestra cabeza están contados. Y este es el momento del recuento final. El tribunal que nos juzgará no es de este mundo, es un tribunal superior que evaluará todo nuestro comportamiento terreno. Es la justicia de Dios. En "El Juicio", será "Juzgada" su conducta, en relación con esa porción de libertad que tenía para elegir someterse a la voluntad superior o para tratar de romper el vínculo con ella.

3. EL RENACIMIENTO O LOS GRANDES CAMBIOS Se trata de un llamado a una "nueva vida". Son temas que ya habíamos visto desde diversos enfoques en los Arcanos: "La Rueda de la Fortuna", "La muerte", "La torre" y "El Sol".

3a) En el Arcano X, "La Rueda de la fortuna", habíamos visto los grandes cambios que no dependen de nuestros actos, de nuestra voluntad. Corresponden a un destino de corto plazo, que proviene del azar y que pueden producir grandes cambios. Se originan en lo que llamamos un cambio de las circunstancias.

En cambio en el Arcano XX, el destino, el juicio al que seremos sometidos, depende exclusivamente de los actos realizados, es la consecuencia, efecto, del tipo de vida elegido. La responsabilidad por lo sucedido durante nuestra vida, no será juzgada teniendo en cuenta las "fuerzas de la vida", "las circunstancias", sino por lo que hicimos cuando las mismas se presentaron.

3b) El Arcano XIII "La muerte" nos hablaba de transformación. Era una muerte que significa "transición" o pasaje". Se refería también a cambios profundos en esta vida. A un renacer místico. En cambio, en el Arcano XX, se trata de otra muerte. Es la muerte física, y el renacer será en otro tipo de vida, ya no en este cuerpo mortal. Es la gran transformación, que sucede a través del Juicio luego de esta vida. Por esto este Arcano, nos propone trascender "La muerte", para revivir a una nueva vida fuera de este cuerpo. En la muerte del Juicio, se presupone la muerte anterior, y un renacimiento basado en el Espíritu Santo, en ese llamado de la trompeta, en el soplo inspirador.

3c) El Arcano XVI, "La Torre", nos indica que, debido a nuestros errores se ha terminado un tipo de vida material. Se nos castiga por no haber escuchado la voz superior, por habernos desconectado de lo divino que hay en nosotros. Ahora en "El Juicio", en vez de cambiar de tipo de vida material, estamos cambiando de un mundo al otro. Estamos dejando atrás el mundo material y entramos en el mundo espiritual, pues hemos recuperado el contacto con lo superior.

3d) En el arcano XIX "El Sol" se nos proponía un gran cambio mediante la asimilación de todas nuestras partes en una nueva unidad integradora. Se producía en nosotros una nueva creación, renaciendo bajo la luz del sol de un modo exterior y prolífico. Ahora, en vez de producirse un renacimiento a través de la unión interior, la propuesta del Arcano XX, "el Juicio", es un renacer distinto. Será el renacer del espíritu, que deja las tinieblas de la materia bruta para volver a ser uno con Dios. Es la unión de nosotros con lo superior. Dejamos así ese cuerpo mortal, para unirnos a lo inmortal.

4. LA RELACION CON LO SUPERIOR Hay aquí, como lo hubo en Fátima, una revelación de lo superior, un mensaje para aplicar al mundo material. El Arcano XX simboliza la revelación de los designios ocultos de las fuerzas divinas a los hombres. Hemos visto diversas manifestaciones de esta relación en los Arcanos: "El Sumo Sacerdote", en "El Colgado", y en "Las Estrellas", entre otros.

a) En el Sumo Sacerdote, éste actúa como intermediario entre el hombre y Dios. También ha sido visto como la Voz Divina que encontramos en nuestro interior. En el Arcano XX, el contacto es directo del hombre que renace y la voz de lo superior manifestada en la trompeta. Aquí la voz divina se manifiesta en forma externa, viene a través del sonido.

b) En El Colgado: éste se somete pasivamente a lo superior, en cambio en el Arcano XX, el héroe busca una relación activa con lo superior.

c) Al analizar Las Estrellas vimos que representan el Destino. Así el héroe trata de descubrir el mensaje de las estrellas para poder cumplirlo. Es la esperanza del mundo, el poder recuperar el canal de comunicación entre lo superior y lo inferior, que tantas fuerzas negativas tratan de obstaculizar. A su vez, a partir del Arcano XX, el héroe ya no necesita descubrir el mensaje superior, lo recibe en forma directa. Escucha así la voz superior, de este modo el hombre renacido podrá estar en contacto directo con los seres superiores.

5. LA PENETRACION EN LA ESENCIA DE LAS COSAS Si bien lo hemos visto en el Arcano V, "El Sumo Sacerdote", y en "El Sol". Veremos ahora un nuevo enfoque.

a) Hemos visto en "El sumo Sacerdote" que se caracterizaba por no detenerse en la superficie de las cosas, sino en la búsqueda profunda del conocimiento superior para aplicar en el mundo terreno. Ahora en el Arcano XX, "El Juicio", se busca distinguir lo espiritual de lo material. Dejamos atrás la envoltura material, terrestre y nuestro espíritu, nuestra verdadera esencia se hace visible. Lo esotérico se vuelve exotérico. Nada podremos ocultar, la verdad se hace palpable. Hemos llegado a la verdadera profundidad del Ser.

b) En "El Sol", Arcano XIX, vimos que éste tenía una limitación pues "por resplandeciente que sea, la luz solar se detiene en la superficie de las cosas, sin llegar a revelarnos su esencia íntima que no es evidente". Ahora en el Arcano XX, podremos superar esa limitación, pues como dijimos antes podremos llegar a la verdadera esencia. Encontraremos el espíritu oculto en las formas. Podremos ver todo claro y distinto como afirmaba Descartes. Es la perfecta purificación y separación de todo aquello que nos obstaculizaba en el camino de la evolución.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon

Revista Crecimiento Interior Nº 92, Agosto y Septiembre del 2005

EL MUNDO

Estamos escribiendo el artículo sobre el Arcano "El Mundo", es el único que falta publicar, a la brevedad lo subiremos a este sitio.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon

Revista Crecimiento Interior

EL LOCO

Todo está en silencio. Una bruma espesa, pesada, oscura, domina el panorama. De pronto y como de muy lejos se comienza a escuchar el campanilleo de unos cascabeles y lentamente ante nuestros ojos se va materializando una figura muy singular. ¿Quién es éste ser, vestido de mil colores que ha surgido como de la nada?.

Lleva un hatillo al hombro, una vera a modo de bastón, sonoros cascabeles cuelgan de su insólito ropaje.

Un perrito brinca a su lado. Es El Loco. Por la expresión de su rostro no podríamos saber si está triste o alegre, si es sabio o tonto, si es joven o anciano. Sus pies apenas rozan la tierra y más que caminar parece que bailara sin mirar a donde se dirige, sin advertir el peligroso abismo que se abre poco más adelante. Sólo su fiel compañero, con sus instintos siempre alerta, intenta prevenirle del mismo. En realidad es como si hombre y animal fueran un solo ser, unidos en la eterna aventura que el destino les depara. A través del tiempo, la historia, la literatura, el arte, nos han brindado múltiples versiones de El Loco, desde el simple "loco del pueblo", pasando por el bufón de la corte, hasta llegar al más familiar payaso de circo, pero todos ellos tienen un núcleo central que los hermana, es la pureza, la inocencia, la sencillez de la verdad, que tantas veces escapa a nuestra mente racional y consciente.

De pronto, este Loco del Tarot, extiende una mano desde su recuadro en la carta y nos invita a acompañarlo. ¿Dónde nos llevará? Para saberlo tendremos que seguirlo y confiar en su profunda intuición. La aventura que nos propone no es otra que la de adentrarnos en nuestro propio inconsciente, para traer a la luz aquellas zonas oscuras, profundas, esas que no nos animamos a transitar, pero que sabemos que están allí, esperando ser descubiertas y liberadas.

Alguien alguna vez llamó al Tarot “El juego de imaginar” y El Loco es el encargado de abrir la puerta para ir a “jugar”. Es él quien, con su eterna inocencia, nos llevará de Arcano en Arcano, y quizás para nuestra sorpresa nos desconcertará no siguiendo lo que para nuestro racional entendimiento sería el orden lógico, sino que su intuición nos guiará por una ruta muy particular, aquella que al enfrentarnos con nuevas experiencias nos mostrará aspectos de nosotros mismos hasta ahora desconocidos, poco transitados o no lo suficientemente profundizados.

El Loco nos trae un mensaje. Dejemos que este fluya por nuestro interior. Nos brinde coraje y optimismo, nos enseñe a aventurarnos en la vida, a confiar en nuestra percepción interior, en aquello que no sabemos cómo, pero sin embargo ya sabemos, y a lo que tantas veces, por no decir la mayoría de las veces, desdeñamos por parecernos sin sentido, lógica o sin razón.

Cuando en nuestro interior resuene el alegre tintineo de sus cascabeles, dejémonos ir con nuestro Loco, que llegado el tiempo, lugar y circunstancia, nos llevará a encontrarnos con nuestro verdadero SER.

Autora: Mónika Claudia Zajdman

Revista Crecimiento Interior Nº 61, Año 6, Noviembre de 1999